La preocupación principal del 96% de los profesionales de cumplimiento es el pago de sobornos, seguido del lavado de activos y la manipulación de ofertas
Las empresas esperan este año un incremento de los casos de corrupción interna, lavado de activos y sobornos a nivel mundial.
Más del 40% de los profesionales del área de cumplimiento (compliance) anticipan que los riesgos de corrupción aumentaran dentro de sus compañías.
Así lo determinó el último estudio que realizan en conjunto la firma de investigaciones corporativas, Kroll, y el instituto The Ethisphere.
Según surge del estudio, más del 25% de los participantes de la encuesta dijeron no tener programas o medidas anticorrupción para este proceso o para otro tipo de transacciones.
Otro de los datos que aportó el relevamiento es que 40% de los oficiales de cumplimiento consultados creen que el riesgo de soborno y corrupción en sus organizaciones aumentará en 2016, principalmente por la expansión global (55%) y por el aumento en el número de relaciones comerciales con terceros (54%). El 75% de los casos de sobornos implican pagos a través de terceros.
El 25% de los encuestados expresó no tener confianza en los controles de la firma en la que se desempeñan para detectar violaciones de terceros a las leyes anticorrupción, y otra mitad (55%) expreso sólo un poco de confianza.
Sin embargo, la preocupación principal del 96% de los 267 altos ejecutivos encuestados sigue siendo el pago de sobornos, seguido del lavado de activos (69%), manipulación de ofertas (66%) y fijación indebida de precios (61%).
“Si sumamos a estos datos globales los bajos índices de transparencia que caracterizan a ciertas geografías, como América latina, que en otro estudio de la consultora Kroll se ubica en el primer lugar de las regiones percibidas como más corruptas por la comunidad empresarial internacional, queda claro la gran tarea que tendremos por delante al menos por los próximos 10 años”, comentó Matías Nahón, Managing Director de Kroll desde Argentina para el Cono Sur.
“Es importante que las corporaciones entiendan que los costos de tener un programa robusto de cumplimiento no son ni comparables con los costos que se pueden derivar de multas por violaciones a las leyes anticorrupción, amén de los daños en la reputación de las empresas que pueden generar los casos de escándalos de pago de sobornos”, explicó a través de un comunicado.