Las criptomonedas, la inteligencia artificial y disrupción son “palabros” que han echado profundísimas raíces en el universo corporativo. El mundo que tiene a bien darnos cobijo está cada vez más subordinado a la digitalización y las empresas están necesitadas de CEOs que sean hábiles (y también valientes) navegando por las turbulentas aguas digitales.
Los líderes que las compañías necesitan en los tiempos digitales que corren conocen a la perfección el valor de la innovación y la transparencia y no tienen miedo de ponerlo todo patas arriba (si es por el propio bien de la compañía que capitanean).
Un CEO de una empresa decidida a no naufragar en la nueva era digital (y a surcar triunfante por sus aguas) debe atesorar las cualidades que disecciona a continuación Inc.:
1. Afán inquebrantable a la hora de retorcer el pescuezo a la burocracia
Las empresas en las que los departamentos están atrapados en silos, hay un sinfín de políticas (a menudo desprovistas de lógica) y existen toneladas y toneladas de burocracia están condenadas a ser engullidas con las colosales olas que la transformación digital levanta a su paso.
En las compañías grandes la burocracia se convierte a menudo en un importante y casi insuperable óbice. Al fin y al cabo, estas empresas invierten años, a veces décadas, dando forma a departamentos y sistemas a los que se agarran lógicamente como a un clavo ardiendo. Pero si los CEOs de las grandes corporaciones no eliminan la burocracia, la innovación inevitablemente morirá.
Para las empresas de tamaño más modesto pisotear la burocracia es algo más sencillo que en las compañías grandes. Los problemas vienen para las empresas pequeñas cuando empiezan a crecer y se sienten tentadas de arrojarse en los brazos de la burocracia. En este caso la supervivencia de la compañía depende de un CEO que sea inflexible y amordace lo burocracia para favorecer el trabajo fluido y sin cortapisas dentro de la empresa.
2. Habilidad para seguir avanzando en medio del caos
L’Oréal es una marca veterana pero excelentemente avenida con la digitalización. Aunque cuenta con más de 100 años sobre sus espaldas, la compañía gala no se amedrenta a la hora de hincar el diente a la transformación digital. Una transformación digital que ha prosperado en gran parte gracias al CEO de L’Oréal, Jean-Paul Agon, que vio antes que nadie el tsunami digital que se avecinaba y supo “surfearlo” apropiadamente.
En la actualidad la multinacional francesa tiene el foco puesto en el e-commerce y se mueve como pez en el agua en Snapchat y otras plataformas digitales de nueva hornada. Todo gracias a que Egon vaticinó la tormenta que se estaba formando en el horizonte y supo tomar el camino adecuado para esquivarla.
Liderar una empresa es de alguna manera poner orden en medio del caos. Cuando una empresa se desenvuelve en un entorno confuso, tiene muchas posibilidades a su disposición para retornar al orden. Los CEOs no permiten que los árboles no les dejen ver el bosque y saben siempre qué dirección tomar.
3. Disposición a trabajar
Un buen CEO no le hace ascos a remangarse las mangas de la camisa y a trabajar codo con codo con sus subordinados para llevar la empresa que dirige a buen puerto. Un líder que se queda dormido al timón dejará desnortada (y sin rumbo) a la compañía que supuestamente capitanea.
El éxito va mucho más allá de hacerse presente en la oficina, hacer unas cuantas presentaciones o participar en reuniones. Un buen CEO anda siempre a la búsqueda de tendencias, rumia los números y tiene siempre en mente el siguiente paso a dar por la compañía.
4. Pasión por la innovación “customer-centric”
Un CEO está obligado no sólo a conocer el poder de las buenas ideas sino también a ser consciente de que tales ideas deben estar sobre todo y ante todo al servicio del cliente.
Puede que la realidad virtual esté de moda a rabiar, pero ésta no es evidentemente la tecnología más adecuada para conectar con las personas mayores de 65 años. Y tampoco las tan en boga criptomonedas son la mejor opción para los clientes que no son dueños de cartera digital.
Es sumamente fácil dejarse arrastrar por las tenencias de más relumbrón, pero un buen CEO sabe separar el grano de la paja y poner nombres y apellidos a aquellas innovaciones que van a conectar de verdad con el target.
Fuente: Marketing Directo