Absolutamente desgarradora (y dolorosa). Así podríamos definir la decisión de algunos valientes de dejar su puesto de trabajo (más o menos bueno) para emprender nuevos rumbos laborales.
Cambiar de trabajo (sobre todo cuando nuestro actual empleo no nos disgusta del todo) y empezar de cero no es fácil. Pero es necesario si no queremos ser felices a medias y buscamos desarrollarnos profesionalmente.
Hay muchos síntomas que nos hablan (más o menos sutilmente) de la necesidad de cambiar de trabajo, pero estos que enumera a continuación The Muse son probablemente los más comunes:
1. Está constantemente aburrido
Es totalmente normal sentir hartazgo laboral de vez en cuando. Sin embargo, cuando el hastío se prolonga en el tiempo, en nuestro interior se está gestando inevitablemente un auténtico desastre. Si nos aburrimos a menudo, es que no nos sentimos retados en el ejercicio de nuestro trabajo y que no estamos aprendiendo. Si no estamos aprendiendo, no estamos creciendo. Y si no estamos creciendo, nos estamos atrofiando (laboralmente) y nuestras habilidades están perdiendo valor (a la velocidad del rayo) en el mercado de trabajo.
2. Se siente avergonzado de su trabajo
¿Cree en los productos y en los servicios de la empresa para la que trabaja? ¿Está orgulloso de hablar a sus amigos y familiares de su trabajo? Si responde a estas preguntas con un rotundo “no”, quizás debería plantearse buscar otro trabajo. El orgullo que nos inspira aquello a lo que nos dedicamos profesionalmente es esencial para alcanzar la ansiada satisfacción en el trabajo.
3. No se contrataría a sí mismo para el puesto de trabajo que desempeña actualmente
Si (por nada del mundo) se contrataría a sí mismo para su actual puesto de trabajo, quizás haya lagunas (tanto en sus actitudes como en sus habilidades) que le impiden desempeñar éste de manera 100% eficaz. Y probablemente también las actitudes y las habilidades que atesora se ajusten mejor a otro puesto de trabajo.
4. Trabaja única y exclusivamente por el dinero
Si su trabajo es para usted únicamente una fuente de ingresos y francamente no le apasiona lo que hace, haría bien en buscar otro trabajo que sí le haga destilar pasión por todos los poros.
5. No volvería a elegir su puesto de trabajo actual
Si le dieran la posibilidad de rebobinar atrás en el tiempo y volver a elegir una profesión, ¿seguiría decantándose por su profesión actual? ¿Trabajaría para la misma empresa? Responder con negativas a estas preguntas es una señal inequívoca de que tiene frente a sí una cuestión aún más importante: ¿por qué?
6. No respeta a su jefe
El respeto no tiene nada que ver con la inteligencia (elevadísima) de nuestros superiores. El respeto es algo tan simple (y complejo) como apreciar lo que hacen nuestros jefes y cómo lo hacen y es algo que nos puede inspirar perfectamente alguien con quien no estamos de acuerdo y que tiene probablemente menos dotes intelectuales que nosotros. Si su jefe, ya sea por su estilo de liderazgo, por su falta de decisión o por carencia absoluta de visión, no le infunde ningún respeto, quizás debería dar plantón a su puesto de trabajo. De hecho, mucha gente no abandona realmente a su trabajo, al que de verdad abandona es a su jefe.
7. Su salud se está resintiendo
No dormir adecuadamente, no tener tiempo para hacer ejercicio y no alimentarse bien por culpa del diablo del estrés pasa inevitablemente factura por mucho que el trabajo que genera tantísimo estrés nos satisfaga. Cuando la salud falla, es probablemente el momento de dar una vuelta de tuerca a nuestra situación profesional.
Fuente: Marketing Directo