El viernes por la noche, el primer ministro griego anunció que convocará a un referéndum el próximo 5 de julio. ¿El motivo? La población deberá votar si ! quiere aceptar o no las condiciones que pretenden imponer los acreedores de Grecia para prestarles más dinero. El problema es que este mismo martes 30 de junio, Grecia debe pagarle 1600 millones de euros al FMI. Y todo indica que no le pagará, ya que no tiene ese monto. En consecuencia, este martes Grecia entraría en default. ¿Por qué se llega a esta situación?
La economía griega está completamente ahogada. Deuda externa muy alta, producto bruto interno en caída libre y un nivel de desempleo prácticamente insostenible. Una situación muy similar vivió la Argentina hacia finales de la década del 90. En aquel entonces, Argentina continuó acumulando deudas para mantener la convertibilidad. En una situación casi calcada, Grecia continuó endeudándose para mantenerse en el euro.
¿Qué quiere decir “deuda externa muy alta”? Como proporción del PBI, Grecia tiene el nivel de deuda más alto de Europa con un 177%:
¿Qué quiere decir “producto bruto interno en caída libre”? Veamos la comparación con Alemania, Italia y España:
El FMI le recomienda hoy a Grecia lo que le recomendó a Argentina entonces: medidas de austeridad y ahorro. Argentina no siguió las sugerencias, liberó su tipo de cambio y luego de una transición muy dura, consiguió un crecimiento muy marcado. Grecia, en caso de dejar el euro y volver a su moneda original (la dracma), atravesará una situación muy parecida: una transición muy dolorosa y luego un crecimiento sólido. Quienes siguen Carta Financiera saben que vengo insistiendo hace años con que Grecia terminará eventualmente volviendo ! a la dracma.
Está claro que no tiene ningún sentido económico exigirle a un país como Grecia más ajustes. ¿Por qué entonces insiste el FMI en esta tesitura? La razón es sencilla: Grecia tiene una deuda que no puede pagar y nadie quiere asumir el costo de una quita. ¿Por qué hablo de quita? Porque es la única salida al problema. Sin embargo, los acreedores no la quieren aceptar y el único modo que tiene Grecia de forzar que la acepten es ir al default.
Un default de Grecia significará pérdidas multimillonarias para sus acreedores, en especial bancos europeos. Y ahí es donde reside el problema que deberá ver cómo absorbe la economía mundial. Me pregunto ahora si habrá muchos que sigan teniendo ganas de comprar propiedades en España…