Abraham Zaleznik es, sin dudas, una de las figuras más veteranas del management.
Tras un MBA en la escuela de negocios de Harvard en 1947, siguió una carrera académica especializándose en sociología de las organizaciones.
En 1982, viajó a Japón a conocer a Konosuke Matsushita, célebre fundador de la Matsushita Electric Company y uno de los empresarios más admirados por la academia del management.
En aquel encuentro, el industrial japonés accedió a financiar la creación de un centro de investigaciones en liderazgo en Harvard.
Desde aquella cátedra, Zaleznik difundió su enfoque de liderazgo de tinte psicoanalítico: ¿de qué manera los rasgos de personalidad influyen sobre el desempeño del líder?
En este marco, Zaleznik fue uno de los principales divulgadores de la ya clásica dicotomía “líder versus manager”, presentada en el paper “Managers and Leaders: Are They Different?”
El manager se concentra en los resultados y aspira a que el trabajo operativo sea ejecutado con velocidad y eficiencia.
Al manager le aterran los problemas y dedica su esfuerzo en crear procesos concebidos para evitar imprevistos y ofrecer respuestas estandarizadas a las contingencias.
Desde el enfoque de Zaleznik, el estilo del manager es la manifestación de una estructura mental ordenada y aversa al riesgo, una personalidad obsesiva y con cierta tendencia al pesimismo y la depresión.
El líder, por el contrario, está más orientado a la gente que a la tarea. No teme a los imprevistos sino que hasta se involucra activamente en la búsqueda de soluciones creativas.
El líder es optimista, imaginativo y apto para abordar el mundo desde marcos mentales alternativos.
Ahora bien, una de las tesis más polémicas de este autor radica en su postulado de que las dotes de liderazgo son innatas o se adquieren a una edad muy temprana, fruto de la formación y experiencias.
Es decir, ser un líder no es una elección.
Y una persona con rasgos psicológicos que la predisponen a un perfil gerencial será incapaz de ocultar su verdadera esencia a los subordinados. Su estilo y decisiones pronto dejarán en evidencia su alma de manager.
Ahora bien, la perspectiva de Zaleznik, difundida desde la alta visibilidad de su cátedra en Harvard, se encuentra lejos de lograr aceptación universal en el seno de la comunidad académica.
Para algunos, se trata de una visión simplista del problema construida sobre la base de personajes y hechos anecdóticos cuidadosamente escogidos para sostener la hipótesis.
Al fin y al cabo, por cada ejemplo brindado por Zaleznik, podría ofrecerse un contraejemplo de un exitosísimo hombre de negocios que ha fundado un imperio aun careciendo de las supuestas características psicológicas del líder.
En definitiva, a lo largo de su extensa trayectoria y 15 libros publicados, Zaleznik ha desempeñado un papel importante en el debate sobre el liderazgo empresarial.
Más allá del mérito académico de su enfoque, lo cierto es que esta propuesta ha influido en la estructuración de programas de detección y desarrollo de potencial utilizados por muchas organizaciones para formar a sus líderes futuros.