El 6 de abril se celebra, según la Organización Mundial de la Salud, el Día de la actividad física para difundir sus beneficios para la salud. Qué sucede durante los meses de gestación y cuándo una embarazada tiene contraindicado realizar actividad física.
Que la actividad física es buena para la salud no es ninguna novedad. Lo novedoso es saber que no sólo puede beneficiar la sexualidad y la fertilidad, aumentando la irrigación en los órganos reproductivos sino que presenta beneficios incluso durante el embarazo.
Si bien esos nueve meses pueden ser tentadores para sentarse y disfrutar del relax, mover el cuerpo puede ayudar a mantenerse en forma, evitar bruscos aumentos de peso –no saludables ni para la mamá ni para el bebé- y prepararse para el trabajo de parto. La pesadez de las piernas, el cansancio, el dolor de espalda o la hinchazón de los tobillos –síntomas típicos del embarazo- no van a mejorar sentándose a esperar. Aunque parezca poco creíble, algunos ejercicios pueden mejorar notoriamente esas molestias durante la gestación y brindar fuerza muscular que será de suma utilidad a la hora del trabajo de parto.
30 minutos por día realizarán la magia. Lo más recomendado: caminar, nadar, andar en bicicleta; ejercicios de bajo impacto también están permitidos. No hay un límite establecido para suspender la actividad, qué hacer y hasta cuándo dependerá de la comodidad que sienta la mujer por el peso de su panza. Correr durante el primer trimestre es más que aceptable, pero después de las 16 semanas suele ser molesto y no aconsejable, en cambio natación y bicicleta se puede realizar hasta el final. Siempre que no exista ninguna indicación de reposo o de cese de actividad física por parte del obstetra.
En las siguientes situaciones no realice actividad física salvo la exclusiva indicación de su obstetra:
Alguna afección pulmonar o cardíaca
Pérdidas o sangrado vaginal
Problemas de cuello uterino
Antecedente de parto prematuro o factores de riesgo de parto prematuro Embarazo de alto riesgo