La caída del real se acelera de forma drástica. Al cierre del viernes pasado, la cotización llegó a 3,84 reales por dólar. Sólo en los últimos 30 días la caída fue del orden del 10%. Al respecto escribí hacia fines de julio “El dólar y real: la tormenta perfecta para los K”, y también “Insisto: el real empuja al peso a la! devaluación”, en marzo de este año. Esta situación intensifica aú n más la presión sobre el peso argentino, ya que el tipo de cambio queda todavía más atrasado. Claramente la caída de los precios de los commodities por la desaceleración china se está transformando en el tiro de gracia para la región.
Sin embargo, ¿qué es lo que está pensando el mercado cuando sigue empujando hacia abajo el valor del real? Cree que la situación podría empeorar más. ¿Qué podría suceder? Si Brasil perdiera la calificación “investment grade” en su deuda (una calificación que hace posible que determinados fondos institucionales compren deuda de Brasil), podría verse una catarata de ventas de sus títulos de deuda por una mera cuestión de regulación del sector privado.
Puesto en otras palabras, si Brasil pierde su calificación de “investment grade”, muchos fondos se verán forzados a vender bonos de Brasil y a empujar el precio del real aún más abajo. Lo que estamos viendo hoy es la anticipación de muchos participantes del mercado qu! e buscan adelantarse a esta venta forzosa que podría producirse en los próximos meses y salir ellos antes.
Los gráficos son elocuentes. Veamos en el primero de ellos la caída del real en el último año contra el dólar estadounidense. Si tomamos perspectiva, veremos en el segundo que el real se acerca a su peor momento en décadas:
Esto es un problema para la Argentina, ya que Brasil es el destinatario del 20% de nuestras exportaciones. ¿Qué le exportamos? Principalmente autos. Con lo cual van a aumentar en lo inmediato los despidos en la industria automotriz y también se verán suspensiones: simplemente nos estamos volviendo cada vez más caros para Brasil. Es muy sencillo pronosticar que Brasil será el destino turístico que más crecimiento de argentinos verá en el próximo verano.
Por último les quiero hacer una simple comparación. Se trata de un ejercicio que tiene un nombre muy rimbombante: tipo de cambio real bilateral. Esto lo que busca es comparar el poder adquisitivo en términos reales de dos pares de monedas en el tiempo. Si comparamos la foto de Argentina con Brasil de 12 meses atrás con la foto de hoy, vamos a encontrar los siguientes ingredientes:
1. La inflación en Brasil fue del 9% en los últimos 12 meses. La inflación de Argentina (medida por el Cong! reso), alcanzó el 30%.
2. El dólar oficial valía 8,40 hace 12 meses y hoy vale 9,30.
3. El dólar en Brasil valía 2,24 reales hace 12 meses y hoy vale 3,84.
Argentina tendría que tener un dólar oficial en 17,25 para estar en idéntica situación con Brasil que hace 12 meses. ¿Quiere esto decir que ese debería ser el tipo de cambio de equilibrio? No necesariamente, ya que para esto hay que computar lo sucedido no sólo con Brasil sino con los principales socios comerciales de Argentina. Si se suma a la Eurozona, a China y a Estados Unidos, tenemos el grueso de nuestro comercio. Pero el diagnóstico no cambia: el tipo de cambio real en Argentina está marcadamente atrasado. Esto se traduce en menos ventas, menos ganancias y menos trabajo.
Toda la “ganancia” de competitividad real que tuvo la Argentina luego de la devaluación de 2001 se esfumó por completo:
Hay que estar preparados: la devaluación del peso argentino que se viene será grande y está cada vez más cerca. Cuanto más se dilate la medida, más explosivo será el movimiento.