Twitter puede enseñarnos muchas cosas, como por ejemplo cómo crear buenos títulos. Y es que si eres bloguero o escritor sabrás lo difícil que puede ser acertar con el título.
Cuanto más corto y conciso el título, mejor. Sin embargo, dicha simplicidad no debe afectar a la eficiencia ni al concepto general.
- Un buen título no podrá inducir al lector a pensar que encontrará en el post información de calidad que, en cambio, después no es la esperada. Esto provoca rechazo y decepción, traduciéndose en lectores cabreados y cansados de perder su tiempo leyendo algo que no les interesa.
- Un buen título debe, al igual que las publicaciones en Twitter, ser interesante y viral. Las personas comparten el contenido en función de la percepción que quieren que sus amigos o seguidores tengan de ellos. Por medio del post que escribes, y de su título, deberás convencer al individuo de que compartir el contenido será bueno para su imagen personal.
- Un buen título no será, bajo ningún concepto, parecido a los títulos que los escritores o blogueros competidores publican. Esto podría aburrir a los posibles lectores y hacerles pensar que ya han leído la información. ¿El resultado? Pasarán por alto lo que les ofreces, sin mostrar ni el mínimo interés.
La frustración que puede provocar una falta de interés por parte del público objetivo es algo que puede afectar tu trabajo. Es por ello por lo que debes tener mucho cuidado con el título que eliges para tus publicaciones. Aunque escribas el contenido más espectacular e interesante de la red, podría ocurrir que los resultados no sean los esperados debido a un error en el título.
Todo esto me lleva a afirmar que el gancho es el título y el contenido es lo que lo complementa. Ambos elementos van cogidos de la mano y si cualquiera de los dos no cumple las expectativas del lector, el rechazo estará asegurado.
Para apoyar lo que digo, mencionaré un ejemplo que quizás te suene familiar. Entras en Twitter y ves un post viral que todos comparten. Lo abres y lees, dándote cuenta que no es tan interesante como lo que esperabas, pues ha habido posts mucho mejores que no han tenido el mismo éxito ni han gozado de la misma fama. Entras en Facebook y todo se repite, empiezas a preguntarte por qué las personas comparten algo que no es tan excepcional. La respuesta reside en que no es importante solo el contenido, sino también el título. La combinación entre ambos debe conducir a una mezcla perfecta, haciendo que ni el título ni el contenido prevalezca o induzca a error.
¡No olvides que el gancho para abrir el post es un buen título! Una vez abierto, el éxito dependerá del contenido y de la importancia del tema tratado.