En un artículo anterior en MATERIABIZ, presentábamos un recorrido histórico en torno a dos conceptos que se han encontrado en veredas opuestas en el pensamiento occidental: trabajo y felicidad.
Así, observábamos que nuestras creencias más arraigadas nos llevan a aceptar una situación donde “el trabajo es una obligación” y “la felicidad es algo que sólo puede existir afuera de la oficina”.
Ahora bien, para pensar en la construcción de una empresa feliz, comencemos planteándonos un interrogante: ¿Quién es el responsable de la felicidad de los empleados?
Cada persona es, en última instancia, responsable de su propia felicidad. Los directivos nunca pueden ser responsables de la felicidad de sus colaboradores. La felicidad es un sentimiento, un estado interno que nadie puede controlar desde afuera.
Los líderes, gracias a su manejo de la iniciativa y de los recursos, sólo pueden crear un lugar de trabajo donde a la gente le resulte sencillo ser feliz. Veamos, a continuación, algunas pautas para encarar este desafío.
Empresas negativas versus positivas
Algunas empresas se concentran en lo negativo. Todo lo que se hace bien pasa desapercibido. Rara vez algún miembro recibe elogios por un trabajo bien hecho. Cuando alguien comete un error, puede estar seguro de que recibirá un email con reproches.
En otras organizaciones, por el contrario, se identifica a los que hacen bien las cosas y se los elogia. Estas son las empresas con un pensamiento positivo.
Evidentemente, estas actitudes son manifestaciones de dos tipos de culturas contrapuestas y no son sencillas de cambiar. No obstante, podemos aplicar ciertos métodos para fomentar el pensamiento positivo en nuestra organización.
Diversos experimentos han demostrado que, cuando lo primero que se dice en una reunión es positivo, todo lo que sigue resulta más constructivo: la gente se predispone a escuchar y aumentan las probabilidades de alcanzar un consenso.
Cuando se empieza con una crítica, por el contrario, el clima se vuelve hostil. Los participantes se ponen a la defensiva, son más proclives a discutir y el consenso resulta más complicado.
Así, un método muy útil consiste en abrir las reuniones con una rueda donde cada persona responda a una de estas preguntas:
1) ¿Qué he hecho desde la última reunión de lo que me siento orgulloso?
2) ¿Qué persona me ha ayudado desde la última reunión?
3) ¿Cuál es mi mayor ilusión para la próxima semana o el próximo mes?
4) ¿Qué es lo más divertido que me han contado durante la última semana?
La felicidad en los procesos de selección
Southwest Airlines es una empresa reconocida por buscar la felicidad y la diversión en el trabajo. Y esto se manifiesta en sus prácticas de selección, enfocadas en contratar personas felices. El lema: “contrata por la actitud, prepara las habilidades”.
Felicidad y aprendizaje
Randy S. Nelson, decano de la Pixar University, afirma:
“Hemos pasado de ser una empresa que gira en torno a las ideas a girar en torno a las personas. En vez de desarrollar ideas, desarrollamos personas. En vez de invertir en ideas, invertimos en personas. Estamos tratando de crear una cultura del aprendizaje, llena de eternos estudiantes.
Pixar se ha dado cuenta de que la gente feliz hace mejores películas, y que el aprendizaje desempeña un papel clave en esa felicidad. No importa lo que estén aprendiendo, siempre y cuando estén aprendiendo, creciendo y desarrollándose, y divirtiéndose al hacerlo.”
La felicidad y el Work & Life Balance
“Hay quienes construyen óperas; nosotros invertimos en la felicidad de nuestros empleados”, dice Gunnar Grosse, fundador de la electrónica alemana Komsa AG, premiada múltiples veces por sus esfuerzos en la conciliación vida-trabajo.
La compañía dispone de servicios de guardería y programas deportivos, ofrece posibilidades de teletrabajo y flexibilidad de horarios.
Desde luego, nada de esto puede funcionar sin una gran dosis de confianza en la gente. Tal vez por eso, la cadena de tiendas Nordstrom sólo tiene una norma para sus empleados: “En todas las situaciones, usen su buen juicio”. No hay reglas adicionales.
En síntesis, un clima laboral positivo es uno de los principales elementos motivadores para conseguir una buena comunicación y complicidad entre las personas de una organización. El humor y la risa estimulan una atmósfera donde ir a trabajar sea un placer y no sólo una obligación.
El éxito de largo plazo es más probable si los directivos consiguen construir un espacio con sentido.
De este modo, los colaboradores podrán implicarse con todo su talento en su puesto. Una cultura empresarial que asume su responsabilidad en el más amplio sentido de la palabra, crea espacios laborales donde la gente puede ser feliz.