Si bien la mayoría de las tarjetas de crédito y débito cuentan con un chip para proteger los datos de los clientes, aún se observan prácticas como la clonación de plásticos.
El aumento en el índice de esta problemática se debe a aparatos como los skimmers, dispositivos que se incorporan al receptor de tarjetas para guardar los datos del cliente, posteriormente copiarlas y hacer retiros bancarios con ellas. Los lugares más comunes donde se colocan estos dispositivos son cajeros automáticos (ATM) o locales de venta, donde el cobro de la tarjeta no solamente se efectúa en la terminal de pago, sino también en el skimmer.
En este sentido, los usuarios se han dado cuenta de que es preciso mejorar los sistemas de seguridad. Para los bancos es muy conveniente actualizarse en el tema, ya que sus clientes podrán confiar en que todas sus transacciones se harán con la mayor seguridad y así continuarán buscando los servicios de la institución. Por estos motivos, organizaciones privadas y gubernamentales buscan e implementan nuevas tecnologías que mitigan los riesgos asociados con la identificación personal, como las soluciones biométricas.
Una solución
La biometría es la técnica que analiza y determina el patrón único de cada persona a través de la medición de ciertas características fisiológicas. Mediante ella podemos reconocer a un individuo con algo que posee en lugar de algo que sabe (como una contraseña), normalmente por medio de características físicas o del comportamiento. Las técnicas biométricas existentes se clasifican en función del rasgo analizado, habitualmente son fisiológicos, faciales, mediante huella dactilar, reconocimiento de voz y a veces a través del comportamiento, como por ejemplo, la forma de teclear.
Las soluciones biométricas han cobrado mayor relevancia en las instituciones bancarias de todo el mundo y también han demostrado ser de gran utilidad y brindar beneficios en otras áreas.
Este tipo de herramienta comenzó a aplicarse en distintos procesos de control y seguridad con el objetivo de agilizar y mejorar la seguridad. Así, ya está siendo empleado en: cruces fronterizos para viajeros y áreas de carga en aeropuertos en los Estados Unidos y Australia, controles de acceso físico a instalaciones restringidas del gobierno o de áreas privadas, procedimientos de identificación de internos en centros de detención criminal, rutinas de verificación de de acceso a sistemas de información, entre otros.
De esta manera, los sistemas biométricos permiten mejoras en la seguridad; agilizan procesos, volviéndose más fluidos e incrementando su integridad; disminuyen costos de operación y reducen fraudes de identidad.
La siguiente generación de sistemas biométricos se verá reforzada con la creciente utilización de dispositivos móviles como smartphones y tablets. Para satisfacer la demanda de nuevos usos, estos deberán tener por eje la agilidad, la adaptación fácil, rápida y rentable.