Hacer felices a nuestros empleados no es una tarea tan complicada como creen muchos responsables. Además, que se sientan cómodos es una ventaja tanto para ellos como para nuestra empresa: empleados felices = empleados productivos.
Flexibilidad: Debemos ofrecerles cierta flexibilidad laboral. Cada vez son más las empresas que se deciden a implantar el flexiworking, un modo de trabajo que aumenta el bienestar de los empleados y con ello, la productividad.
Actividades de cohesión: Es recomendable ofrecer a los empleados una serie de actividades y ejercicios que fomenten el compañerismo y el trabajo en equipo: “juegos” en la empresa, concursos, reuniones más distendidas y amigables, comidas de trabajo…
Ambiente de trabajo relajado y “amigable”: Es importante que en nuestra empresa se “palpe” un ambiente de trabajo sin tensión, sin malos rollos… y gran parte de esa responsabilidad recae en los responsables del negocio y los diferentes jefes de área. Así que ¡manos a la obra!
Reconocimiento: Reconocer a nuestros empleados sus logros excepcionales, su buen desarrollo en la empresa e incluso su lealtad a la misma es necesario y vital si queremos que continúen a nuestro lado.
Incentivos: Obviamente un empleado no sólo vive de las buenas palabras de su jefe, también debes reconocerlo con incentivos económicos, con ascensos, con integración en nuevos proyectos…
Sensación de “pertenencia”: Debes fomentar un ambiente que haga de tu empresa algo así como una gran familia. Cuanta más sensación de pertenencia a un grupo tengan tus empleados, más felices serán.