Australia está de moda. De hecho, hoy abrirá sus puertas el Australia Festival 2007, el evento que se hace cada año desde 2001 y que intenta acercar empresas de ambos países y favorecer los negocios bilaterales, venciendo el prejuicio histórico de que este país, por su ubicación geográfica, es más un competidor que un potencial socio comercial.
El evento cuenta con la organización de Austrade, la Comisión de Comercio de ese país, un organismo que, tiene entre sus funciones potenciar aquellos negocios donde más posibilidades de complementariedad existen.
Y justamente el vino se ha transformado, junto con los biocombustibles, la industria cárnica y la minería, en el producto con más potencial para vincular ambos mercados.
En este contexto, mediante una serie de actividades de promoción comercial que cuentan con el apoyo oficial del gobierno australiano, dos productos novedosos llegan para provocar un cambio de hábitos en un sector sumamente tradicionalista como es el de la industria vitivinícola.
La evolución del packaging
Por un lado, una empresa argentina acaba de cerrar un contrato para tener la representación exclusiva en el país del producto insignia de la bodega australiana Baroke Wines: un vino en lata. El mismo, será presentado al público en general dentro de un mes y promete ganar, a fuerza de innovación, espacio tanto en góndolas como en vinotecas.
Contra lo que se puede suponer, el vino es premium y el producto apuntará a un público sofisticado.
El nuevo envase, que se comercializa desde 2004 en los supermercados de lujo japoneses, consiste en una lata de 250 mililitros, apto para conservar la bebida durante 5 años. La medida no es caprichosa: está pensada para llenar dos copas y está destinada a satisfacer a aquellos consumidores que no consumen vino con frecuencia porque consideran una barrera el volumen de las botellas tradicionales (750 ml).
Por otra parte, desde la bodega australiana que implementó este sistema aseguran que conserva mejor las propiedades del producto, como el gusto y el carácter.
Si bien las variedades que Australia exporta desde hace más de dos años a Japón son mix de varietales (Chardonay-semillón y Cabernet-Shiraz-Merlot), en la Argentina aún no se conocen las variedades que serán importadas ni el costo que tendrá al público.
¿El fin del corcho?
Continuando con la revolución del packaging, del 28 de julio al 2° de agosto, un grupo de cuatro empresas argentinas –junto con tres de Chile-, coordinados por Austrade, participarán de una misión a la Wine Tech 2007, la exposición más importante de ese país en materia de tecnología para el sector vitivinícola.
Las empresas que viajen no solamente están interesadas en nuevas modalidades de producción, añejamiento y protección de los viñedos ante los agentes climáticos; también están interesadas en importar un método que ya es un sello distintivo en muchas de las bodegas australianas: el reemplazo del corcho por la tapa a rosca.
“Sabemos que es toda una ceremonia el acto de descorchar, pero hoy, todas las bodegas australianas que fabrican vinos premium ya están usando tapa a rosca, absolutamente todas”, señaló Norma Ramiro, asesora comercial de Austrade a infobaprofesional.com.
Según la directiva, “la razón por la cual se reemplaza el corcho se debe, primero, a un tema de costos. Segundo y más importante, porque hay una tendencia entre los enólogos que establece que el corcho transmite un tipo de hongo que puede perjudicar a la bebida, algo que también sucede con el de material sintético, que altera las características del producto final”.
Sin embargo, no se trata de una tapa a rosca tradicional, sino que tiene características particulares -acorde al tipo de vino que contiene-, como un capuchón especial que apunta a sofisticar el packaging.
De acuerdo a la directiva, “las empresas argentinas que viajan a Australia están interesadas en traer esta tecnología”.
La tendencia que amenaza con desplazar el uso del corcho es novedosa en el país, pero no en los grandes mercados de consumo. Según el Panorama Vitivinícola Mundial elaborado por Grupo Peñaflor, Estados Unidos se ha convertido en el mercado más rentable para el vino australiano por primera vez en casi tres años, con exportaciones en los últimos doce meses a marzo por u$s794 millones.
En este mercado, hoy por hoy, las tapas a rosca acaparan un market share del 4% del total de vinos embotellados en 750 ml., con un crecimiento del 25 por ciento respecto del período anterior.
Sinergia
Australia es el cuarto exportador de vinos del mundo después de Francia, Italia y España, y el segundo productor. Durante 2006, el país generó envíos por u$s2.300 millones y sus principales destinos fueron Reino Unido, los EEUU, Canadá, Nueva Zelanda y Alemania.
“Argentina es el quinto productor de vinos más grande del mundo y produce el 50% de los vinos de Latinoamérica, pero exporta sólo 21.4 millones de hectolitros de vino”, explicó Ramiro, quien agregó que “Australia, en este sentido, tiene mucho para ofrecer” al país.
En este contexto, a la misión de empresas argentinas se sumará otra actividad de promoción, en este caso a la inversa: cerca de diez firmas australianas participarán en la ViniTec 2007, exposición que tendrá lugar en Chile en el mes de julio y que, una vez concluida, permitirá que las mismas realicen un tour vitivinícola por distintos establecimientos mendocinos, con el mismo objetivo: fomentar las nuevas tecnologías para esta industria.