Martes, 14 horas. Un trabajador del área corporativa del retailer de electrónica estadounidense Best Buy se levanta de su escritorio y anuncia: “Muchachos, me cansé de trabajar por hoy. Me voy al cine. ¿Alguno quiere venir?”
En la mayoría de las empresas, no habría tardado en aparecer un jefe con una amenaza del siguiente estilo: “Esto es un trabajo y hay horarios que cumplir. Si sale por esa puerta, no se moleste en volver”.
No obstante, señala un artículo de BusinessWeek, las cosas no funcionan así en Best Buy, una corporación que está experimentando con una nueva cultura laboral sin horarios ni jefes, una cultura encarnada en las siglas ROWE (results-only work environment).
Como su nombre lo indica, en esta filosofía, lo único que importa a la empresa es la capacidad de sus empleados de alcanzar los resultados establecidos. Mientras los objetivos se cumplan, la presencia física en la oficina es un dato anecdótico.
Esta nueva modalidad laboral surgió en un contexto realmente complicado para Best Buy.
La creciente competencia en el mercado de la electrónica erosionaba márgenes y exprimía al máximo a los empleados. Muchos cumplían jornadas agotadoras. Otros, optaban por abandonar la organización.
En este marco, un grupo de ejecutivos propuso la creación de un ambiente laboral ultra flexible bajo la modalidad ROWE.
En un primer momento, la reacción del top management fue lapidaria: “¡Es una locura! Lo que la empresa necesita es gente que trabaje duro. Lo último que queremos es invitar a la anarquía”.
No obstante, ante las presiones de los empleados, la alta dirección finalmente aceptó una prueba piloto en una pequeña unidad.
Los resultados fueron espectaculares y la filosofía ROWE se extendió a otras áreas. Así, el top management de Best Buy empezó a ver una magnífica oportunidad en una iniciativa donde sólo veían amenazas.
La empresa cosechaba motivación entre sus empleados. Los departamentos con la metodología ROWE exhibían una productividad, en promedio, 35 por ciento superior al resto y una rotación significativamente menor.
Finalmente, Best Buy convirtió a ROWE en su política oficial de recursos humanos y la plasmó en 13 mandamientos. Entre otros, se destacan:
1) Nadie habla sobre cuántas horas trabaja
2) El trabajo no es un lugar adonde usted va. Es algo que usted hace.
3) Todas las reuniones son optativas
4) Nadie juzga la manera en que los otros usan su tiempo
5) No está mal dormir la siesta un martes a la tarde o ir de compras un miércoles por la mañana
Gracias a estos mandamientos, los empleados de las áreas corporativas de Best Buy ya no están sometidos a reuniones obligatorias, aburridas actividades improductivas ni estrictos horarios. Todos pueden hacer el trabajo desde sus casas o desde donde se sientan más cómodos.
Ahora bien, ¿tiene chances de expandirse la modalidad ROWE o sólo se trata de una de las tantas modas pasajeras del management?
Si bien Best Buy es el símbolo de esta nueva filosofía laboral, otras corporaciones parecen seguir el mismo camino.
Alrededor del 40 por ciento de los trabajadores de IBM no tienen oficina fija.
Sun Microsystems, durante los últimos seis años, ahorró 400 millones de dólares en costos de mantenimiento de oficinas, permitiendo a la mitad de sus empleados trabajar desde donde prefieran.
En definitiva, el principio elemental que sirve de base a la filosofía ROWE parece sólido: los resultados de una empresa no dependen de la presencia física de los empleados en la oficina sino de su capacidad de alcanzar los objetivos.
Si, con su innovadora filosofía laboral, Best Buy es capaz de mantener una buena performance en el mercado, pronto estaremos hablando de ROWE como un nuevo paradigma en gestión del capital humano.
Pero si los resultados comienzan a flaquear, es probable que académicos y ejecutivos acaben refiriéndose a ROWE como una experiencia fallida de management New Age, un experimento que pretendió inútilmente cambiar la forma en que la gente trabaja. En síntesis, una nueva filosofía laboral que pudo ser, pero no fue.