El gobierno brasileño detectó una plaga de polilla carpocapsa en esas frutas provenientes de Río Negro y Neuquén. Representan ingresos por u$s150 millones
El gobierno de Jair Bolsonaro de Brasil decidió este miércoles cerrar completamente y por tiempo indeterminado a las importacionesa de peras y manzanas argentinas que se producen en el Alto Valle de Río Negro.
La decisión es un duro golpe para las provincias de Río Negro y Neuquén. Las ventas de esos productos agropecuarios representan el ingreso de 150 millones de dólares para esos distritos.
La resolución fue publicada por autoridades del ministerio brasileño de Agricultura (MAPA por sus siglas en portugués) y remitida al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria argentina (Senasa).
Según la resolución brasileña, se resolvió “suspender el plan del trabajo que implementó el sistema integrado para el decrecimiento del riesgo asociado a la plaga de Cydia pomonella para la importación de las frutas frescas de pera (Pyrus spp.), manzana (Malus spp.) y membrillos (Cydonia de forma oblonga) procedentes de la República Argentina”, vigente desde noviembre de 2015.
La carpocapsa o polilla del manzano (Cydia pomonella) es una especie de lepidóptero ditrisio de la familia Tortricidae. son muy conocidos en agricultura ya que sus larvas son gusanos comunes de la manzana y la pera, así como para el nogal y el membrillero.
La Asociación Brasileña de Productores de Manzana (ABPM) había presionado para que el gobierno de su país cerrará las fronteras a las importaciones de peras y manzanas proveniente de la Argentina.
El cierre del mercado brasileño amenaza el desempeño del sector, en situación vulnerable como le sucede a muchas economías regionales.
En junio de 2018 el Ministerio de Agroindustria decidió prorrogar por un año la emergencia económica, productiva, financiera y social para la cadena de peras y manzanas de las provincias de Neuquén, Río Negro, Mendoza, San Juan y La Pampa, declarada por la Ley N° 27.354 y sus modificatorias.
La suba de costos, la elevada presión impositiva, la vuelta de las retenciones, el aumento de la energía, la dolarización de los insumos y el encarecimiento de los créditos ante un escenario de suba de tasas, condicionan la situación del sector.
Fuente: iProfesional