Los cambios bruscos de temperatura pueden provocar diversos tipos de enfermedades. Un buen funcionamiento del sistema inmunológico es el mejor aliado para prevenirlas.
El sistema inmunológico es el encargado de defender al organismo ante las infecciones, como las bacterias y los virus. A través de una reacción organizada, el cuerpo ataca y destruye los organismos infecciosos que lo invaden.
Cuando el sistema inmune está menos activo de lo normal se dice que el paciente tiene una baja en sus defensas, lo cual lo torna más susceptible a contraer infecciones bacterianas o virales a repetición o enfermedades más severas.
El clima y los cambios repentinos en la temperatura influyen sobre el organismo, pues tanto la temperatura como la humedad ambiental pueden provocar enfermedades respiratorias. Mantener reforzado y estimulado el sistema inmunológico ayudará a prevenir una gran cantidad de patologías.
Algunos consejos para mantener óptimo nuestro sistema de defensas son:
- Realizar una alimentación balanceada: Consumir 2 litros de agua por día y realizar una dieta con un alto consumo de frutas y verduras.
- Consumir: Vitamina C (cítricos, melón, kiwi, pimiento y tomate), Vitamina A (hígado, huevos y lácteos) Vitamina E (aceite de germen de trigo, de soja, cereales, arroz, aceite de oliva, vegetales de hoja verde y frutos secos). Hierro (hígado, carne, pescado y huevos), Zinc y selenio (presentes en casi todos los alimentos).
- Evitar situaciones de estrés: El ritmo de vida actual y las situaciones de enojo o nerviosismo generan severas alteraciones de las defensas. Es fundamental estar de buen humor, alegre y sonreír varias veces al día. Algunas recomendaciones para mejorar la calidad de vida son: realizar actividades al aire libre, o relacionadas con lo lúdico y el arte.
- Buen descanso: El sueño debe ser reparador, realizarse de corrido y debe constar de unas 7 a 8 horas.
- Realizar actividad física: El ejercicio es una de las claves para un sistema inmunológico saludable: fortalece el estado cardiovascular, mejora el ánimo, colabora al control del peso, favorece un buen descanso y aumenta las defensas.
- Evitar: químicos, conservantes, colorantes, edulcorantes artificiales, tabaco, alcohol, comidas enlatadas y pre-elaboradas.
- Vestimenta: Con los cambios de clima, tanto ambientales como los producidos al ingresar a un establecimiento con aire acondicionado, es recomendable llevar un abrigo liviano.
Durante los cambios bruscos de temperatura el cuerpo se vuelve vulnerable, porque debe adaptarse a ese cambio. Esta adaptación incluye también al sistema inmunológico, por lo que resulta importante estar atentos y mantenerse saludables.