En un mercado laboral cada vez más competitivo, muchos profesionales se capacitan para seguir siendo una opción valorada por las empresas. Aunque son varios los que se vuelcan a cursar un posgrado, maestría o MBA al finalizar una carrera de grado, es recomendable hacerlo después de haber obtenido algunos años de experiencia laboral.
Cuando el profesional ya está inmerso en su trabajo y la disponibilidad de horarios es complicada, las opciones de capacitación más flexibles surgen como una alternativa valorada.
En este sentido, en los últimos años la oferta de MBA Online creció considerablemente. La misma brinda la oportunidad de estudiar con un horario flexible en prestigiosas instituciones del país o del exterior. Estos programas son una buena opción para expandir el desarrollo profesional creando un horario personalizado, ya que no requieren de la presencia de los estudiantes en las aulas y brindan la posibilidad de contar con una oferta global a distancia y sin fronteras.
Por otra parte, la oferta de especializaciones abarca múltiples sectores y especializaciones: Finanzas, Informática, Recursos Humanos, Marketing, Dirección, Negocios, Salud, Turismo, Logística y Liderazgo, entre muchos otros. Frente a este contexto, las escuelas y universidades tienen como desafío la innovación constante de contenidos que estén en línea con la dinámica actual de las organizaciones y en sintonía con las nuevas generaciones que ingresan al mercado laboral, que son mucho más selectivas con el tiempo que destinarán a la educación.
El mayor desafío es saber tener la flexibilidad para leer y entender cuáles son las exigencias y expectativas que traen las nuevas generaciones que hoy están ingresando al mercado laboral y que buscan desarrollar su carrera profesional. Es que las capacitaciones deben adaptarse a estos cambios y desafíos que muchas veces vienen a romper con las viejas estructuras y modelos mentales. Hoy son mucho más requeridas por las nuevas generaciones las competencias del tipo emocional, vincular y relacional en comparación a las generaciones anteriores.
La clave es incorporar habilidades blandas que hoy en día, según las características de las distintas posiciones, son más demandadas y necesarias que las duras. A la mayoría de las personas, a la hora de ingresas en un trabajo, se las evalúa por sus capacidades técnicas (duras) y se las despide por su déficit en las capacidades emocionales (blandas). Las carreras de postgrados deberían hacer mucho más hincapié en este tipo de habilidades para así amoldarse y adaptarse a los desafíos de un mercado laboral cada vez más exigente, cambiante y desconcertante.