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Carreras largas vs. cortas: qué elegir

Carreras largas vs. cortas: qué elegir

Muchos puestos demandados por empresas no están alineados con los perfiles de egresados de carreras de grado, fundamentalmente en el ámbito tecnológico. ¿Qué rol juegan las carreras cortas y certificaciones? Años atrás carecían de prestigio. Hoy, traen respuestas a las complejidades de un mercado en constante evolución.


Si bien la problemática del desempleo juvenil no es patrimonio de la Argentina o de la región, ya que en Europa y Estados Unidos se da el mismo fenómeno, en nuestro país la tasa de desocupación en esta franja etaria triplica a la de los adultos, según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA). A ello se suma que los jóvenes son quienes más sufren el flagelo de la informalidad: de acuerdo con la Fundación Ses y Centro de Estudios Atenea, la informalidad laboral afecta al 60% de los jóvenes entre 18 y 24 años.

Ante este panorama, queda en evidencia la incapacidad de las sociedades de generar el volumen de empleo y de lograr encuadrar el existente bajo el concepto de trabajo decente, según la definición propuesta por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Hoy la tendencia y el espíritu que se inculca a los jóvenes apunta a conseguir exactamente lo que cada uno busca, a estudiar aquello que los apasiona y a buscar el trabajo ideal y de sus sueños. Pero aún con sus intereses en foco, no deberían perder de vista el potencial de la tecnología y el abanico de opciones que ofrece en las más diversas industrias. La tecnología y la industria digital vienen a achicar la brecha entre oferta y demanda de trabajo. Tal es así que una fuerte demanda de las empresas se centra en jóvenes con competencias para posiciones determinadas. eCommerce analysts y managers, Chief Digital Officers, especialistas en Search Engine Optimization y Search Engine Marketing (SEO y SEM), analistas de CRM, analistas de ventas digital, Sr. y Jr. fullstack developers, diseñadores web, diseñadores mobile, maquetadores web y mobile son algunas posiciones muy requeridas. La pregunta que surge es: ¿Cómo adquirir estas competencias y calificar para competir en el mercado laboral?

En este mundo VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo), nos encontramos ante un paradoja nunca antes vista. Tradicionalmente, las carreras de grado son reconocidas y valoradas y, a mayor cantidad de años de estudio, mayor el prestigio de los egresados. Pero hoy estamos en presencia de una customización de la demanda laboral que exige a los jóvenes una numerosa cantidad de skills y conocimientos prácticos en constante evolución, que estas carreras no garantizan. No quedan dudas que el futuro pasa por las carreras cortas, enfocadas en la tecnología y posibilitadas por la misma tecnología y su poder de conectividad.

Carreras cortas y tech: vencer los prejuicios

En los nuevos formatos de carreras cortas con foco tecnológico y digital, se encuentran pocas personas que las transitan de manera protocolar y obligada. Lo específico de los contenidos atrae reales interesados. La formación es más veloz y dinámica, y el contexto permite el acercamiento a las áreas laborales antes, durante y después de las formaciones. Tan grande es el mercado y la demanda en tecnología, que un aspirante a desarrollador o maquetador web, por citar solo dos ejemplos, son, desde los cimientos, contratables.

Tras ver los resultados, los mitos respecto de carreras cortas con foco tecnológico se caen solos:

  1. Nivel de base. Uno de los prejuicios más arraigados tiene que ver con que las habilidades de base son determinantes para el estudio de carreras vinculadas con la tecnología. Por el contrario, las carreras digitales no tienen “costo de entrada”: todos pueden tener un buen desempeño en ellas y posicionarse como potenciales trabajadores del conocimiento1. El nivel de base “requerido” es el mismo que aquel demandado para las carreras de grado: nivel secundario completo. De todas formas, esa es la recomendación, no la norma. ¡Y es increíble que sea así!
  2. Facilidad. Sobre las carreras cortas o los cursos hay un estigma difícil pero necesario de eliminar: que son fáciles, que carecen de profundidad conceptual y de mérito y otros estigmas clásicos de ciertos estándares sociales.

Las carreras vinculadas al desarrollo tecnológico son de por vida, como cualquier otra, y la curva de aprendizaje no se aplana. Los cursos o carreras cortas permiten la precisión sobre el presente. Y son cortas precisamente porque nadie puede empaquetar temáticas tecnológicas y garantizar la validez de su contenido durante tres, cuatro o cinco años. Lo que hoy es válido, quizás, en seis meses se vuelve obsoleto.

Las personas pueden cambiar su rumbo, equivocarse y volver a empezar, a partir de ser conscientes de qué se busca en el mercado laboral, y dónde encontrar esas competencias. Pero solamente deben comprender que, a pesar de haber tanta apertura de contenido hacia estos nuevos aprendizajes (ya sea autoguiada o mediante cursos y carreras), los formatos cortos no deben confundirse sólo con ‘’de rápida salida laboral’’. Atrás debe haber mérito, capacidad, constancia y mucha noción del constante aprendizaje.

Asesoró: Juan Bidondo, Co-Founder & COO en CODA Agency