Como relojero creativo que es Cartier, su espíritu de innovación es intrínseco a su historia. Siempre incorporando nuevos adelantos técnicos y también engendrando formas revolucionarias, como por ejemplo: el cuadrado en El santos y el rectangular en el Tank, dando lugar así a relojes emblemáticos, que no solo crearon una estética sino que también resistieron al paso del tiempo.
Creatividad, pasión y excelencia son las claves de un éxito que se ha prolongado durante más de cien años. Las mismas cualidades que se encuentran en el corazón de Clé de Cartier, el nuevo reloj emblemático de Cartier, que se lanzará en el mes de abril de este año.
Detrás de la sencillez suele yacer un virtuosismo puro: una innovación sencilla, un perfil sencillo, un aspecto sencillo, una curva sencilla…
Un reloj de Cartier siempre se trabaja en tres dimensiones, un ejercicio casi arquitectónico. Desde siempre, la Maison ha puesto gran énfasis en las cualidades volumétricas de sus diseños, creando modelos caracterizados por sus líneas fuertes y sus formas diferenciadoras. Clé de Cartier no es una excepción, introduce un nuevo elemento en el vocabulario relojero de la Maison: la curva de dibujo ajustado, su perfil arqueado, fluido y elegante, orgánico y ergonómico, su forma sensual se ciñe perfectamente a la muñeca, ofreciendo comodidad e idoneidad al usuario con un estilo Cartier auténtico.
Se volvió a pensar una forma sencilla, fue un reto, se creó una nueva forma basada en un círculo perfecto. El resultado es una proeza de sutileza y templanza. Las formas se han reducido a su mínima expresión y a su esencia. Todo es cuestión de precisión, de equilibrio y de proporción.
Se logra una visión elegante y un conjunto armonioso. Se eliminaron los cantos afilados, el bisel es liso y redondeado, los cuernos fueron suavemente reducidos. Cada componente se une para conjurar una perfección intangible.
Líneas puras, elegancia atemporal. Una estética reducida a la mínima expresión. Precisión. Un espíritu contemporáneo. Detalles sutiles. Sencillez aparente. Sofisticación suprema, un nuevo gesto.
El elemento que da nombre al nuevo modelo: una corona como una joya, como una llave. Se reinventó la corona, una revolución sencilla.
Clé significa llave en francés y el parecido de la corona con una llave es inequívoco. El acto de ajustar la hora y la fecha introduce un nuevo gesto en el mundo de la relojería que recuerda al de girar una llave para darle cuerda a un reloj. Del tamaño exacto, lo hace fácil de asir y adornado con un zafiro ingeniosamente insertado de modo tal que quedaba alineado con el metal que lo rodea.
La facilidad de uso y sencillez combinan con la tecnología de vanguardia, desarrollado, fabricado y ensamblado por los artesanos de la manufactura de Cartier en Suiza.
Para el hombre (modelos de cuero y el de oro blanco) Estética que transmite fuerza y seguridad, equilibrio, claridad y templanza. Armonía sencilla para un hombre que no tiene nada que demostrar, que aprecia la belleza por su valor intrínseco.
Para la mujer (el de croco, el de oro rosa y el de diamantes) Equilibrio entre fuerza y gracia. Soberbia, sofisticación y sensualidad. Elegancia sencilla. Líneas de la caja reducidas a su máxima expresión, formas redondeadas y fluidas que aportan una nota distintiva.