La industria financiera y de seguros enfrenta una ola de ciberataques sin precedentes. La creciente adopción de la nube y el avance de la inteligencia artificial (IA) han ampliado la superficie de exposición, generando nuevos riesgos.
Según un informe de Tenable, empresa especializada en ciberseguridad, el 53% de las entidades financieras sufrieron ataques en los últimos tres meses. En paralelo, Deloitte estima que la IA generativa hará que las pérdidas por fraude aumenten un 32% anual hasta 2027, alcanzando los US$40.000 millones solo en Estados Unidos. Además, los incidentes con deep fakes en el sector fintech crecieron un 700% en 2023.
Desafíos en la seguridad de la nube
Según los expertos de Cloud Legion, las entidades financieras y de seguros enfrentan tres grandes retos en materia de seguridad cibernética:
1. Proteger datos con estrategias efectivas
Los datos sensibles requieren un estricto control de riesgos y un monitoreo continuo para evitar vulnerabilidades.
2. Equilibrar seguridad y funcionalidad
La estrategia de ciberseguridad no debe afectar la operación del negocio ni la experiencia del cliente.
3. Escasez de talento especializado
El 95% de las organizaciones reconoce falta de experiencia en seguridad de la nube, lo que complica la protección de sus infraestructuras.
El papel clave de los socios tecnológicos
Para Christian Ibiri, CEO de Cloud Legion, el gran problema radica en identidades inseguras y errores de configuración. «Los principales riesgos para la infraestructura de nube suelen ser las identidades inseguras y los problemas de configuración. Por eso, resulta fundamental el acompañamiento de un socio tecnológico experto, que conozca en profundidad tanto la industria como las nuevas tecnologías, que evite esos problemas comunes y que, además, pueda anticipar las próximas jugadas de los ciberatacantes«, concluye.
Conclusión
El sector financiero debe reforzar sus estrategias de ciberseguridad para enfrentar las amenazas actuales. La combinación de inteligencia artificial, adopción de la nube y la falta de personal capacitado hacen que la seguridad digital sea un desafío crítico. Contar con socios tecnológicos especializados y adoptar estrategias proactivas puede marcar la diferencia en la protección de los datos y la confianza de los clientes.