Hubo un tiempo en el que tener un Hummer era sinónimo de éxito. Era el coche de moda, el coche de las estrellas y de los deportistas, pero como toda moda, acaba siendo pasajera y cuando el interés disminuye y su casa matriz, General Motors, pasa por apuros financieros, cualquiera es condenado a muerte. Hummer, por supuesto, no es una excepción.
La marca de todoterrenos americana fabricó su última unidad el 24 de mayo de 2010 en Shreveport, Louisiana, y como las últimas 849 del Hummer H3, fue destinada a la flota de alquiler de Avis. Se puso así fin a una historia que comenzó en 1992 cuando AM General inició la comercialización del Hummer H1, una versión civil de los Humvee militares que ahora muchos quieren en sus garajes. En 1998 la marca pasó a manos de General Motors, que fue quien en 2002 lanzó al mercado el Hummer H2, el modelo más representativo de la marca.
Durante varios años Hummer fue la gallina de los huevos de oro de General Motors y decidieron ampliar horizontes lanzando un modelo más pequeño y accesible que atraería a un importante número de clientes, el Hummer H3. Este segundo modelo tuvo mucha mayor repercusión que el H2 y desde su llegada las ventas del hermano mayor disminuyeron. 2005 y 2006 fueron los mejores años para la marca, pero a partir de ahí comenzó el declive, principalmente por el incremento del precio de los combustibles en Estados Unidos, su principal mercado.
En 2008 General Motors se declaró en bancarrota y había que sanear sus cuentas. En aquel momento Hummer, sin el brillo otrora mostrado, era un estorbo y decidieron quitársela de en medio. Trataron de vender la compañía a un fabricante chino, pero tras varios retrasos en la terminación del contrato, General Motors decidió parar la sangría y cortar por lo sano. En febrero de 2010 se anunció el cese de la producción, que finalmente tuvo lugar el citado 24 de mayo de 2010.
Llevamos ya un quinquenio sin Hummer, que nos guste o no, es una marca que ha dejado huella con sus inconfundibles vehículos, que pasarán a la historia.