Hace un tiempo atrás, los departamentos tenían una fortaleza intrínseca por no tener tanta exhibición, y los propietarios los elegían y pensaban que estaban realmente resguardados. Hoy en día, la inseguridad también los ha golpeado y no están al margen de cualquier episodio delictivo.
Las formas de la inseguridad actual abarcan distintos puntos débiles: acompañamiento del que ingresa al edificio caminando, ingreso con él al auto o a la cochera, ingreso por el techo, etc. Mucha gente ya se encuentra expuesta a dichos mecanismos y esto genera la sensación de inseguridad en un espacio que antes se consideraba más protegido. Así es que una casa y un departamento equipararon sus peligros.
Las necesidades de un departamento varían de acuerdo al piso en el que se encuentre. Están más expuestos aquellos departamentos de los pisos más bajos porque tienen un acceso más fácil, los que lindan con una terraza vecina o los que tienen una obra cercana. También aquellos que poseen balcones en frente o contrafrente. Pero, además, los pisos más altos también tienen situaciones de peligro registradas en traspasos y saltos de un edificio a otro.
Para elegir la protección más eficaz, es preciso saber cuántas personas viven en el edificio y en el departamento, y cuáles son las dimensiones de ambos para proveer la seguridad apropiada. Hoy no basta con tener rejas o cerraduras especiales, sino que se requieren alarmas adaptadas que se combinen con estos medios, porque ellos solo retardan el ingreso de intrusos. Pero la alarma es la única que da aviso a un tercero de lo que sucede cuando ya ingresaron al edificio o al departamento y lograron pasar las primeras barreras físicas.
El estilo de protección que se está implementando en este momento genera un aviso de asalto ante la posibilidad de que ingrese alguien por sorpresa cuando uno entra al edificio. De este modo, uno puede
enviar un aviso de emergencia silencioso a través de un pulsador que tiene forma de llavero y que identifica a la persona que lo está enviando y la detecta en el lugar preciso en el que se encuentre del edificio.
Asimismo, existe un sistema similar al de los pulsadores, pero que se aplica con una tarjeta magnética y que al abrir la puerta produce la identificación. También activa una alarma de pánico silenciosa y genera un aviso de emergencia. En ambos casos, cuando esta señal se activa, efectuamos un llamado telefónico, y si la persona no contesta, sabemos que está en problemas.
El costo del pulsador varía según el edificio y la cantidad de propietarios, y en muchos casos es más barato que el costo de una alarma tradicional. El pulsador es inalámbrico y variará su alcance de acuerdo a las áreas del edificio en las que se ubiquen los receptores, las dimensiones y si son lugares cerrados o a cielo abierto.
¿Cuál es la ventaja de este sistema? Todos los copropietarios del edificio tienen un pulsador que los identifica particularmente y que detecta específicamente la zona en la que están en peligro. También se puede complementar con un sistema de imágenes a través del cual se puede ver la situación cuando la persona es abordada, para tener más datos y saber a quién hay que acudir para brindarle ayuda.
Respecto de este tema, no hay una necesidad única y, por ende, tampoco una solución estándar. Si bien se comercializan kits de unidades preconfiguradas con censores, lo más adecuado es adaptar el sistema de protección a los requerimientos de cada departamento y edificio, y administrar así el número de censores de acuerdo al uso.