Cada vez le prestamos más atención a lo que comemos y son muchas las tendencias que apuntan a una alimentación más saludable, entre ellas el consumo de alimentos orgánicos. Ahora, a todo el abanico de opciones, se suma una nueva propuesta, el clean eating. ¿Pero de qué se trata?
De acuerdo con los nutricionistas, este nuevo plan no propone estrategias radicalmente novedosas, sino que su idea central es dejar de lado los platos al paso y los productos precocidos y procesados para volver al consumo de las frutas y verduras, así como también los alimentos integrales, y usar mas la cocina de casa.
El clean eating propone que el cuerpo sea alimentado a largo plazo con sustancias de alto valor nutritivo y no con calorías poco útiles o vacías. Aunque su foco central no está puesto en el descenso de peso, las pautas que proponen terminan llevando a que la persona reduzca la cantidad de kilos ya que organiza desde los horarios de comidas hasta las compras del mercado.
Es que esta nueva tendencia incluye las promovidas “5 porciones” de verdura y fruta fresca por día, la ingesta diaria de productos lácteos bajos en grasa y alimentos elaborados a base de cereales integrales , el consumo de pocos azúcares y sales y mucho líquido.
Por otra parte, propone hacer entre 5 y 6 comidas al día para mantener el metabolismo al 100%. La recomendación son 3 comidas fuertes y 2 colaciones que no deben tener espacios de más de 4 horas, educando en el registro de un hambre real y una saciedad que aparece después de disfrutar de una comida tranquila y placentera.
Como esta propuesta es rica en fibras y cereales integrales, genera una más rápida sensación de saciedad, algo que lleva a adelgazar sin contar calorías. A su vez, al evitar los azúcares y las grasas contenidas en los alimentos procesados y precocidos, el número de calorías ingeridas es también menor.
-El primer paso para comenzar con el clean eating o “bien llamada alimentación de limpieza“ es cambiar todas las alacenas, ya que no puede quedar en ella ningún alimento procesado, como por ejemplo, los fideos, enlatados, sachet de salsas, puré instantáneos, sopas en sobre, galletas etc.
– El segundo paso es dejar de lado algunos productos como por ejemplo el azúcar y la harina blanca y compensarla con verduras, frutas y panes integrales.
-Por otra parte, recomienda alejarse de las grasas saturadas, por lo general de origen animal y reemplazarlas por otras grasas más saludables que se encuentran en el aceite de oliva, chía, las nueces, maníes, almendras y la palta.
Los propulsores de esta tendencia destacan la importancia de comenzar el día con un desayuno clean, que puede incluir copos de avena, yogurt descremado, leche de almendras, muesli, ensalada de fruta de época, banana, miel, azúcar mascabo, panes con semillas o de salvado, algo radicalmente distinto al clásico desayuno continental.