En tiempos de crisis, el rol de los niveles gerenciales en la gestión y conducción de personas cobra protagonismo. Esto es así porque los cambios en las corporaciones suelen impactar sobre el rendimiento de las personas y provocar desajustes, conductas inadecuadas y malestar.
Entonces el coaching aparece como una herramienta clave para que los individuos puedan potenciar su desempeño, fijarse nuevos objetivos y lograr conductas efectivas luego de un aprendizaje transformador.
Como primer beneficio, el coaching apunta a potenciar el rendimiento en momentos clave de una organización. Además, facilita la comprensión y aceptación del cambio, y habilita espacios de aprendizaje que permiten reducir el costo emocional que genera un momento de inestabilidad, ampliando así las posibilidades de acción efectiva.
Actualmente, en el escenario económico actual, la intervención de un coach profesional, en grupos de trabajo o en trabajo personal sobre los directivos, está transformándose rápidamente en una ventaja competitiva de la organización.
Para comenzar a trabajar es importante focalizarse en aquellas competencias que se orientan al reconocimiento del contexto y clima emocional, así como al desarrollo de las habilidades para gestionar eficientemente a los grupos de trabajo en las condiciones actuales.
Los cambios en las corporaciones pueden impactar sobre las personas que en estos momentos tienden a colocar en el contexto externo las posibilidades de cambio, quedando ellos como espectadores o “victimas” de la situación. Desde esta posición buscan explicaciones tranquilizantes que los tornan pasivos en estos escenarios.
Los programas de Coaching promueven posicionar a los individuos en “protagonistas” capaces de abrir y generar nuevas posibilidades de acción para ellos y sus equipos de trabajo.
El Coaching es, entonces, un proceso de aprendizaje que ayuda a cuestionar o cambiar la interpretación de las situaciones, abriendo respuestas generativas de nuevas posibilidades, haciendo que “las cosas sucedan.”
Al cambiar nuestra forma de observar e interpretar los hechos se modifica nuestra forma de actuar, es decir, una observación diferente posibilita un accionar diferente, por eso es un aprendizaje transformador.
Entre algunas de las competencias que trabajan estos programas podríamos mencionar:
* Flexibilidad para afrontar ó generar cambios.
* Generación de contextos de confianza
* Comprensión de la influencia de la emociones y aprender a gestionarlas productivamente.
* Herramientas de motivación y desarrollo de equipos
* Capacidad de influencia y relaciones interpersonales constructivas.
* Conversaciones efectivas: indagación y escucha empática, desarrollo de conversaciones para la acción y la generación de confianza y compromiso.
En definitiva, un programa de coaching apunta a cumplir un objetivo de mejora, basado en un intenso proceso de aprendizaje que permite que las personas realicen nuevas interpretaciones sobre las situaciones vividas, desarrollen diferentes modos de actuar y operen sobre la realidad en forma positiva. Además, las faculta a que comprendan y acepten los cambios, implementen acciones efectivas, minimicen un eventual impacto emocional y capitalicen la nueva situación como una oportunidad de desarrollo de su potencial y crecimiento profesional.