Las causas de la inflación son varias y permanentemente sometidas a debates para echarse la culpa entre rectores de política monetaria, empresarios y trabajadores. Pero si nos ponemos un poco más pragmáticos, podemos intentar dilucidar qué implica para nuestro día a día y qué actitud tomar. La inflación en Argentina se ha estancado en un valor de 20% – 30% anual dependiendo el sector de la economía.
Cuando se da esta situación (la suba de precios), lo que sucede es que el dinero pierde valor. Incluso es un proceso global, ya que todas las monedas del mundo se están desvalorizando, lo cual explica la impresionante suba de la cotización del oro. Es decir, no se trata de tener activos “monetarios” sino más bien “reales”. A través de la inflación los primeros se desvalorizan y aumenta el precio de los segundos. Como cada vez se necesitan más pesos para comprar, por ejemplo, un auto, no conviene tener pesos sino justamente el auto.
Incluso es una buena idea tener pasivos monetarios. Es decir, deudas. ¿Por qué? Porque esos pesos que debemos son cada vez más “livianos” en relación a los bienes que tenemos y que compramos con esas deudas. Esto se conoce como “licuar deuda por inflación”, porque dentro del conjunto de cosas que tenemos y debemos, pierden peso las deudas monetarias. Para decirlo en criollo: cuando financiamos la compra de algo, cualquier cosa, hasta un LCD, cada vez “duelen” menos las cuotas. Bueno, eso se da justamente porque en relación al ingreso, los pasivos monetarios (deudas, obligaciones, cuotas) pierden valor.
La tasa de interés real y la inflación
El hecho de tener pasivos monetarios se combina con el costo de endeudarse, es decir, la tasa de interés. Vamos a ponerlo en términos simples: si, en un contexto de inflación, comprar un auto en cuotas nos hace pagar un interés del 20%, ¿conviene comprarlo en cuotas o ahorrar, teniendo en cuenta que el precio sube 20% hasta que terminamos de ahorrar lo necesario? DA LO MISMO. La tasa de interés real no es 20% sino 0% porque justamente es el resultado de la tasa de interés nominal menos la inflación.
En la economía este proceso se da en varios sectores. En algunos casos (préstamos subsidiados, tasas preferenciales) hasta llegamos a tener TASAS DE INTERÉS NEGATIVAS. Cuando las tasas de interés reales tienen valores negativos, es un buen momento para endeudarse y comprar activos reales.
Esta recomendación vale tanto para “alentar” una inversión o una deuda, como también para trabajar sobre el stock. Que los stocks estén llenos, en un proceso de subida de las materias primas (sobre todo para empresas que trabajan con insumos metálicos) es una gran decisión, sobre la base de que anticipar compras permite usar materiales en el futuro a un costo más barato. Luego, vendido el producto final al precio de mercado, se genera un margen de ganancia, que es la diferencia entre el costo del material y su precio de mercado, que ha subido por la inflación.
En un contexto de inflación también se pueden pensar en oportunidades, ventajas y estrategias que se traduzcan en beneficios para la empresa.