Es una realidad que esta generación creció en un contexto inmerso en la tecnología que modificó costumbres y hábitos, y la cultura laboral no escapó a ello. Hoy por hoy, los millennials cuando ingresan a trabajar en una compañía u organización no tienen en mente cuánto tiempo podrán permanecer allí, pero lo que sí tienen claro es que si un lugar no los hace felices, no piensan quedarse.
Las organizaciones entienden perfectamente el desafío, lo que ocurre es que aún no saben cómo abordar la situación en su totalidad. En muchas ocasiones, los líderes se sienten frustrados, muchas veces los directivos no toman su responsabilidad y es por ahí por donde debe comenzar el cambio.
Un buen paso para las organizaciones sería invitar a esta generación a mostrar cómo se pueden hacer mejor las cosas; es una oportunidad para que la fuerza laboral millennial revierta las tendencias de comunicación de los mentores porque están mucho más cerca de los avances tecnológicos.
Las empresas con estructuras más antiguas esperan que las nuevas generaciones se adapten a la cultura interna e interactúen con la información de la misma manera que se ha hecho siempre, lo cual puede generar un problema con un alto costo.
Desde Adecco Argentina queremos compartir una serie de consejos para la adaptación de ambas partes a un mundo laboral más abierto:
- Dejar de lado los prejuicios, abrirse a esta nueva generación y comprender. Es fundamental entender de dónde vienen, sus necesidades, cuáles son sus motivaciones y lograr encauzar la función de cada uno hacia la misión y visión de la compañía. Aprender de los que piensan diferente es una herramienta fundamental para ampliar la visión y plantear metas.
- Los millennials son personas nativas de la tecnología, pasan muchas horas pegados a su teléfono celular, por lo tanto, el primer paso para comunicarse con ellos es a través de un dispositivo tecnológico. Cualquier estrategia de comunicación de los empleados que no incluya la entrega de información personalizada dondequiera que estén conectados los trabajadores con esos dispositivos está muy atrasada. También está condenada al fracaso.
- Adoptar un modelo híbrido de jerarquía de red: para que los millennials se vean involucrados y motivados el sistema debe funcionar en red, se sienten más cómodos donde el poder está descentralizado, las acciones son flexibles y la escucha es activa. Esto generará un nivel de compromiso alto ya que se sentirán parte de la conversación.
- Modelo de red=Escucha activa: aunque para los líderes con años de trayectoria esto podría haber sido impensado, las nuevas generaciones valoran por sobre todas las cosas la escucha y la empatía, comprender las necesidades de cada uno es fundamental para lograr los objetivos planteados y abrir al debate en el caso de ser necesario.
- Democratizar las comunicaciones: no siempre deben ser de forma descendente, es una excelente oportunidad para que todos los tipos de líderes, directivos y personas influyentes en una organización desempeñen un papel mucho más importante. Además, de esta manera se evitan los rumores y la mala información: los espacios de comunicación ayudan a brindar calidad