Si hay un deseo que el paso del tiempo y las nuevas tendencias organizacionales no han logrado quitar de los objetivos primarios de las empresas, es como lograr que sus empleados se pongan la camiseta. Cómo conseguir que los profesionales, no sólo den lo mejor de sí, sino que permanezcan en la compañía la mayor cantidad de tiempo posible.
Quizá el error haya estado en el inicio mismo. ¿Por qué? Porque las empresas, en lugar de preguntarse “¿Por qué mis empleados no trabajan más?”, debieran estar preguntándose “¿Por qué trabajan mis empleados?”.
De acuerdo a numerosos estudios, todos trabajamos por lo mismo, y no es sólo por el dinero. Es por el SENTIDO. A través de nuestro trabajo, todos perseguimos un sentido de propósito, de contribución, de conexión, valores y esperanza. Apoyarnos en el sentido del trabajo fortalece nuestra resiliencia en tiempos difíciles y nuestra pasión en tiempos de prosperidad.
Desde las áreas de Recursos Humanos, el sentido debería ser el aspecto central y clave al momento de reclutar, capacitar, desarrollar o promover a los empleados. Seleccionar profesionales que son técnicamente competentes e intelectualmente comprometidos ya no basta. Los futuros líderes y los responsables de recursos humanos deben también examinar, en esencia, la congruencia entre los valores y las pasiones del trabajador y los del empleo para el cual es contratado.
Tradicionalmente las propuestas de valor de los empleadores, o sea, de las empresas; se han focalizado sobre los términos del trabajo per se, usualmente el salario y las condiciones físicas del trabajo. Y si bien el dinero siempre será relevante, la nueva propuesta de valor del empleador impone incluir el sentido del trabajo para el empleado. Ésta es una responsabilidad primaria de todos aquellos que ejercen el liderazgo. Son los líderes de una organización quienes deben crean el sentido en sus empleados. Más desafiante aún, encontrar real sentido en el trabajo diario debiera ser una opción real para cada trabajador y no sólo para aquellos en organizaciones sin fines de lucro, como lo ha sido tradicionalmente.
Sólo aquellas compañías en donde sus empleados encuentren, día a día, real sentido en su trabajo, dispondrán de profesionales, ya no con la camiseta puesta, grabada en su piel.