La vida son etapas, y más la laboral, en la que posiblemente puedas sentirte estancado o con necesidad de cambios en alguna ocasión. Quizás sea el momento de dejar tu trabajo, eso sí, antes de hacerlo, comprueba que sigues estas pautas para hacerlo de buenas formas y con estilo.
No te vayas sin tener nada atado: negociaciones, charlas o compromisos han de existir por parte de otra empresa, si no de qué vas a vivir tras dejar el empleo que tanto te atosiga.
Elige el momento y la atmósfera correcta para comunicárselo a tu superior. Recuerda que no será una noticia agradable, así que no esperes demasiado.
Puede que te guste o no tu empleo, pero has de ser agradecido a la hora de dejar tu puesto. Confiaron en ti y es lo mínimo que puedes hacer.
Avísalo con dos semanas mínimo de antelación, no le vayas a hacer la jugarreta a tu antigua empresa por las prisas.
No chismorrees sobre tu decisión, la discreción se valora en la oficina y este paso han de saberlo las personas justas y necesarias.
Sé sincero cuando dejes tu cargo, no te andes con rodeos y dile por qué te vas; va a valorar más a una persona sincera que una zalamera.
Abre tu mente, posiblemente te ofrezcan una contraoferta cuando decidas volar fuera del nido corporativo. Eso sí, no solo tengas en cuenta el sueldo, sino factores como lugar de trabajo, prestaciones o facilidades.
Termina, pero hazlo bien, no dejes tareas a medias, o será tu peor regalo de despido. Además en tu sector posiblemente todos os conozcáis y puede provocar mala reputación.
Según la negociación, ocúpate de preparar a alguien con tiempo de antelación –las dos semanas anteriormente dichas- para que te sustituya. Todos quedaréis contentos.