Claro que es bueno disentir, tenemos derecho a tener nuestra propia opinión y expresarla, no siempre vamos a estar de acuerdo con los demás.
Pero, ¿siempre hay que expresar nuestra opinión? ¿Y cómo hacerlo?
Unos segundos son suficientes para hacer un balance de cada situación y decidir si queremos expresar nuestro desacuerdo; y si la otra persona no está receptiva y pueden surgir los conflictos.
Cuando de forma consciente decidamos dar nuestra opinión e incluso mantenerla frente a opiniones diferentes, hay pautas que nos ayudarán a hacerlo de forma adecuada para así no tener que arrepentirnos después por habernos puesto nerviosas o incluso, de algo que hayamos dicho, creando los conflictos.
Habrá ocasiones en las que decidas no dar tu opinión
Siempre que te sientas falta de energía y preveas “batalla”.
Si prevés que vas a quedar agotada y te vas a sentir mal, es probable que no te compense entrar en polémica incluso si se trata de algo que te importa. En ese caso es preferible dejarlo para otro momento.
Si la persona con quien hablas no es de tu círculo.
A veces tenemos conversaciones con conocidos o recién conocidos, con los que nos apetece tener una relación cordial, pero en el fondo no nos apetece o no nos aporta lo suficiente entrar en discusiones con esa persona.
Cuando en realidad el tema de conversación no te mueve “por dentro”.
¿Te importa de verdad el tema del que estáis hablando? Si no es así, quizás no te compense polemizar. Escuchar la opinión del otro y rebatirla, así como dar nuestra opinión y esperar a que sea rebatida, supone un gasto de energía que quizás el tema no se merezca.
Pautas para cuando decidas de forma consciente dar tu opinión, e incluso mantenerla frente a otras opiniones
Sé asertiva aunque flexible.
Escucha atentamente al otro, puede que te enseñe algo nuevo. Si no fuese así, mantén siempre la calma, incluso si el otro se altera.
Si intentara presionarte para que le des la razón, hazle ver desde la calma que mantendrás tu postura con independencia de lo que él/ella diga o haga.
Dejarte arrastrar por la ira, la manipulación o la mala educación del oponente es hacerte un flaco favor a ti misma. Además, corres el riesgo de decir o hacer algo que te haga sentir mal después y, la verdad, no merece la pena.
No dejes de ser tu misma por agradar a los demás, perderías tu Autoestima.
¿Qué hacer si ya has “caído” y te has dejado arrastrar por la situación?
No te martirices.
Es verdad que habría sido preferible no “entrar al trapo” y no dejarte arrastrar evitando así los conflictos, pero si ya está hecho, APRENDE la lección para el futuro y no te sientas culpable.
Como casi todo en la vida esto se puede entrenar.
Puede que “caigas” varias veces hasta que lo controles de forma natural. Lo importante es que tomes consciencia de cómo reaccionas, y que te esfuerces en corregirlo.
Si crees que te has excedido en el tono o en tus palabras, pide perdón.
No importa que el otro se haya excedido también, estamos hablando de Tu bienestar, y recuperarás la calma más rápido y mejor si lo haces, porque en el fondo tú sabes que “te has pasado”.
Sigue estos consejos que te ayudarán a dar tu opinión siempre que quieras aunque sea contraria a la de los otros, evitando los conflictos en tus relaciones con los demás.
“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”. Aristóteles.