Con mucha frecuencia, cuando leemos un periódico, vemos un telediario o incluso cuando hablamos con algún amigo se nos cae algún mito. Hace unas semanas era Volkswagen, este fin de semana era Valentino Rossi y así constantemente. Lo cierto es que yo no conduzco y los coches no me han interesado nunca y las carreras de motos me aburren soberanamente pero creo que estos son sólo dos ejemplos de algo que, para mí, es el núcleo de la Marca Personal, La CONFIANZA.
Cuando pregunto en mis cursos cuales son los elementos de una marca fuerte, siempre aparecen los mismos. Diferenciación. Visibilidad. Imagen. Incluso Valores. Pero pocas veces aparece en primer lugar (si es que alguien lo cita) la Credibilidad, la Confianza, la creencia en que no va a haber sorpresas y que todo va a salir como siempre.
A las personas nos gusta que nos sorprendan, salir de la rutina de vez en cuando, especialmente esta semana que se celebra Halloween, pero siempre y cuando sea algo que estemos buscando. En el mundo real, el del trabajo y el de la vida diaria, cuantos menos sustos, mejor. Y ahí es donde la Marca Personal y las marcas en general es donde cumplen su función.
Suelo decir que la marca es una consecuencia de un mundo imprevisible. Como no tenemos todos los datos, nos aferramos a aquello que nos transmite seguridad y por eso estamos dispuestos a pagar más por algo o valorar más a alguien. Si has sido capaz de demostrar que eres capaz de hacer algo bien de forma consistente una y otra vez, entonces estarás muy por encima del resto y, si además lo has comunicado eficazmente, entonces podrás decir que tienes una Marca Personal sólida.
Creo que gracias (o por culpa) a Internet, se está dando mucho más importancia a generar un flujo constante de información y contenidos para posicionarse que a aportar algo valioso de forma recurrente. Mi experiencia y la de la gente que conozco que tiene éxito me confirma una y otra vez que a quienes mejor les va es a aquellos que, incluso manteniendo un perfil bajo o incluso nulo en dospuntocerolandia, son capaces de transmitir seguridad en lo que hacen aunque no tengan “fans” o “seguidores” en sus Redes Sociales (si es que las tienen).
En realidad, para conseguir que alguien confíe en ti básicamente se trata de cumplir unas cuantas reglas muy básicas y de puro sentido común. No tienes más que pensar en qué tiene que ocurrir para que tu estés dispuesto a asumir un riesgo eligiendo algo o a alguien. Porque en realidad se trata de eso, de reducir la incertidumbre, de hacerte sentir que la decisión que vas a tomar va a ser menos arriesgada. Y claro, eso se paga.
Cuanto más importante sea esa decisión o más peligro exista de que algo vaya mal, más importante será encontrar a quienes nos transmitan la tranquilidad de que la decisión es la correcta. Y esto es aplicable a las salchichas, a los coches, a un proceso de selección en una empresa o a la elección de alguien que te cuide los niños la noche del sábado.
La cuestión entonces es, ¿Cómo puedo ganarme la confianza de aquellos en los que quiero dejar huella? Entre las formas más habituales y seguras están algunas como estas:
Demuéstramelo. ¿Donde puedo ver una muestra de tu trabajo? ¿Tienes un blog o un sitio en Internet en el que me demuestres tu creatividad, tu forma de pensar o tus opiniones sobre tu profesión? ¿En qué sitios has hablado en público sobre “lo tuyo”? ¿Puedo descargarme algún documento creado por ti o verte en un vídeo? Si no has encontrado la forma de enseñarme un poco de lo que dices que puedes hacer, entonces tendré que fiarme de lo que dices y eso no es tan potente como verlo.
Tiempo. ¿Cuanto tiempo llevas trabajando en tu especialidad? Es el clásico “casa fundada en 1945”. Cuanto más larga sea tu trayectoria, más seguridad transmitirás. No es que sea infalible, pero cuando te estás jugando algo importante, la experiencia es un grado.
Recomendaciones. Quizás este es uno de los factores más importantes. Es el que ayuda a conseguir empleos, clientes o amigos. Si todo el mundo habla bien de ti y de tu trabajo, ya tienes gran parte de tu trabajo hecho. Especialmente si, a su vez, quienes te recomiendan, son conocidos por dar buenos consejos. Y aquí también entra el mundo virtual. Los enlaces, los RTs, los comentarios sobre tu trabajo en sitios de Internet son un tipo de recomendaciones. Sin embargo, mi experiencia me dice que son las personas que han tenido una experiencia real contigo las que más confianza pueden transmitir a otros.
Hay muchas formas de generar confianza como la consistencia, los premios, las apariciones en medios, una comunicación clara y sencilla de lo que haces, tener un método o el aspecto que presentas. Sólo tienes que pensar en qué es lo que te hace elegir algo que suponga un riesgo y tratar de aplicártelo a ti mismo. Así que, ahora piensa ¿Por qué tendría que creerte?