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¿Cómo impacta tu dieta en tus pensamientos?

¿Cómo impacta tu dieta en tus pensamientos?

Lo que comes influye más de lo que imaginas. Y lo que piensas y sientes afecta tu digestión. La  ciencia revela una conexión asombrosa entre tu intestino y tu cerebro, demostrando que lo  que pones en tu plato puede moldear no solo tu salud física, sino también tus pensamientos y  emociones. Descubrí cómo pequeños cambios pueden transformar tu bienestar mental y  emocional. 

Seguro ya escuchaste que tu intestino es en realidad otro cerebro, de hecho uno más antiguo  ya que tiene 3 mil millones de años, cuya función neuronal es extraordinariamente semejante – a nivel bioquímico y celular- a la de tu cerebro. Pero es un cerebro que siente, percibe pero no  posee pensamiento consciente. Es decir, reacciona automáticamente a los estímulos. 

Antes creíamos que el cerebro tenía el mando absoluto sobre los otros órganos, y que desde lo  alto dirigía la actividad intestinal. Y creíamos que los intestinos estaban subordinados a las  órdenes del cerebro. Pero no es así. Las últimas investigaciones indican que el 90% de las fibras  del nervio vago – nace en el décimo par craneal y conecta intestino cerebro- son aferentes; es  decir, trasmiten señales ascendentes. Es decir, que tus intestinos son un canal de información  para tu cerebro.  

Entonces, hay una interconexión constante y bidireccional y son los intestinos los que envían  más señales diariamente. ¿Pero cómo es que esto sucede en tu cuerpo? Entre las dos capas de  músculos que revisten tus paredes intestinales se extiende una red de 100 millones de  neuronas que liberan importantes neurotransmisores y mandan señales al cerebro y al resto  del cuerpo.  

Somos lo que comemos 

Cada vez que comes algo, sus propiedades químicas generan reacciones en tu cuerpo. Y de  forma polar: lo que comes te da energía o te la quita y le da trabajo extra a tu cuerpo. Lo que  comes te genera una química del buen humor, la alegría, la calma –desde el impacto  hormonal- o una más fría, ansiosa, y distante. La cocina es un laboratorio químico, como dice  el Dr. Hyman, es una farmacia en casa o es la causa de muchas de tus problemas de salud física  y mental.  

Tus elecciones alimentarias y su digestión influye de forma sustancial y directa en las señales  que envía tu intestino a tu cerebro y eso tendrá un efecto directo en tu personalidad, en tu  energía, en tus pensamientos. Si lo qué comes no puede digerirse correctamente, eso enviará  señales inflamatorias al cerebro, y eso puede ocasionarte dolores de cabeza, irritabilidad,  cambios en el ánimo, dificultad para concentrarte, ansiedad, depresión o fatiga crónica; dicen  más de 370 papers publicaciones sobre el tema en Pubmed

¿Alguna vez notaste que cuando algo te cae mal, te cuesta concentrarte o te pones nerviosa si  no comes? ¿Te ha pasado que después de comer algo no puedes parar de hablar o, por el 

contrario, te quedas callada? Lo que comes afecta directamente a tu cerebro y su  funcionamiento; puede hacerte sentir eufórico, apático o llena de energía y felicidad. 

Pero esta relación es bilateral. ¿Ahora cómo lo que piensas o sentís puede afectar tu equilibrio  intestinal? El Dr. Hammer, neurólogo, dice que cuando no puedes digerir algo de tu vida y no  podes soltarlo, expulsarlo de tu interior, cuando sentís que se te escapa lo que deseas, aquello  que trabajaste para conseguir, tus intestinos se pueden desequilibrar. Y ahí, es la emoción  reprimida la que intoxica al intestino y genera una reacción bioquímica. Es decir, lo que  piensas, afecta tu intestino.  

Acá lo que te propongo es la biodecodifcacion, la PNL o la terapia para resolver el conflicto y  luego, métodos de manejo de la mente y las emociones, como la meditación y la respiración  consciente, que han demostrado, cambios notorios en temas mentales como ansiedad,  miedos, inseguridad, y estrés.  

Pequeños cambios para hacer  

Ciertas decisiones que pueden parecer inocentes y comunes como tomar agua de la canilla,  abuso de antibióticos, anti inflamatorios o analgésicos, comer alimentos procesados e  infestados de pesticidas y químicos; pueden causar cambios prolongados en tu Microbiota y en  la salud de tu cerebro.  

La buena noticia es que es reversible y el cambio está en tus manos. Usemos la lógica del  poder de los “cambios atómicos”: los hábitos son más fáciles de implementar si son fáciles,  están a la vista, hay señales claras, los disfrutas y/o te generan un beneficio. Entonces,  ¿pregúntate que es más fácil para vos? ¿Podes comprarte un filtro de agua o te es más “feliz”  comprar alimentos agroecológicos? Empieza por lo más fácil y hazlo hábito sosteniéndolo en el  tiempo. Es un paso a la vez. 

Y observa qué pasos necesitas para poder lograrlo, qué señales, pasos vas a crear para hacerlo  posible. Por ejemplo, saco de la alacena todo lo que no quiero comer o sé que me hace mal.  Pongo a la vista los alimentos que más quiero comer. Ordeno las especies. Compro probióticos  en super o dietética. Sino lo ves no lo vas a usar. Y vas con uno por semana o cada 15 días y lo  sostenes.  

¿Qué alimentos favorecen el equilibrio intestinal? 

El alimento real, no ultra procesado, hecho en casa o por alguien con sus manos, y una dieta  variada sin restricciones de grupos alimentarios completos. Sino te gusta cocinar, compra hay  muchas opciones. Yo a mis paciente siempre les digo siempre: “Pensa en la cocina del arco  iris”. Pensa en diversificar colores, sabores, y aromas. Dicen los estudios que deberíamos  comer 50 plantas y hierbas por semana si queremos usar los alimentos como fuente de  minerales y vitaminas. 

Come regularmente lo que tu intestino necesita: fibra prebiótica de verduras, frutas, pseudo cereales como quínoa, mijo, trigo sarraceno, amaranto, y legumbres de fácil digestión. Y suma  probióticos como fermentos (chucrut, kimchi kéfir, kombucha, yogur), y probióticos multicepa.  Y, no te olvides del Omega 3 y el magnesio que son vitales para tu equilibrio microbiano. Solo  vos podes elegir qué comer cada día. 

¿Y qué alimentos son antígenos para tu intestino?  

-El gluten puede ser causante de tu desequilibrio intestinal. ¿Sabes si sos alérgica o intolerante al gluten?  

-El exceso de azúcar favorece el crecimiento de bacterias, parásitos y hongos. -Los alimentos ultra procesados pueden alterar la barrera intestinal y ser disruptores  endocrinos, al igual, que los conservantes y aditivos.  

-Los alimentos sin digerir son la gran causa para el Ayurveda de la indigestión. Es decir, deja  una venta de 4 a 6 hrs. entre comidas. Empieza por una de estas cada 15 días y en 3 meses  habrás hecho grandes cambios.  

Es necesario reconectar con nuestro centro de poder intituitivo 

Hemos perdido esa conexión profunda con la función del sentir: sentir nuestras entrañas. Y eso  nos desconectó como humanidad de nuestro cerebro antiguo, visceral, de nuestras entrañas,  lo cual no impide usar nuestras antenas intestinales para poder corregir el rumbo de nuestras  vidas y saber intuitivamente que es mejor comer o pensar o accionar. 

La conexión entre el intestino y el cerebro es un recordatorio poderoso de cómo nuestras  elecciones diarias afectan nuestro bienestar integral. Te invito a que observes con atención lo  que consumes, no solo en términos de alimentos, sino también de experiencias y emociones.  Pequeños cambios, como optar por alimentos más naturales, reducir el estrés, incorporar  ejercicio, meditar regularmente y pasar más tiempo en contacto con la naturaleza, pueden  tener un impacto profundo en tu salud. Cada micro cambio es un paso hacia un equilibrio que  tu cuerpo y mente te agradecerán. 

Por Lic. Paula Blousson (Diplomada Universitaria en Nutrición basada en Plantas, Alimentación  Vegetariana, Enfermedades renales, Fitoterapia, Ayurveda, PNL, Hipnosis Ericksoniana y  Biodecodificación)