¡Qué gran noticia! Un director de recursos humanos te ha llamado y quiere que vayas a una entrevista esta tarde. Pero, ¡qué oportuno! Te coge en mal momento y solo vas a tener 30 minutos para prepararla. Así que, aquí está la solución: una guía de 30 minutos de preparación para tu próxima entrevista.
Del minuto número 1 al número 10: Leer.
Si te van a entrevistar para una posición real, publicada, vas a querer leerla al detalle. Intenta imprimir la oferta y subraya las palabras clave: “comunicador fuerte” o “administrador con experiencia”. Si no puedes imprimirlo, anota en alguna parte esas palabras e intenta guardarte una captura de pantalla de la oferta en tu móvil o tableta.
Luego, tendrás que leer sobre la empresa. Con suerte ya te has informado antes de saber que te llamarían. Busca la página sobre la misión y declaración, haz clic en los perfiles sociales o en el blog de la compañía para ver qué noticias o eventos están actualmente impulsando.
No, no vas a tener tiempo para leer un artículo tras otro. Pero simplemente accediendo a los titulares, podrás conseguir la información más relevante de ese momento: la semana que viene es la colecta anual de caridad, están duplicando su tamaño…
Del minuto 10 al 20: Haz memoria.
Esto es lo que has aprendido en los primeros diez minutos: “La organización está en transición y el papel es para un comunicador fuerte que sabe trabajar en equipo”. Y esto es lo que has aprendido en cada entrevista que has ido haciendo hasta el día de hoy: El entrevistador te va a preguntar por qué eres el idóneo para ese puesto.
Haz memoria de historias que hayas tenido durante tu carrera: momentos en los que resolviste un problema, en los que actuaste como un líder o cuando fuiste el mejor jugador del equipo de fútbol. Vuelve a revisar las palabras antes señaladas y prepara ejemplos fuertes que muestren cómo se personifican esos rasgos.
Del minuto 20 al 30: Encontrar algo único.
Sabes que el candidato más calificado no es siempre el que se contrata. Si el entrevistador no recuerda realmente a un candidato, no va a contratarlo. Así que, es hora de pensar en todo aquello que pueda hacerte memorable: habilidades o facetas adicionales que ayudarán a construir las historias que cuentas.