A lo largo de los últimos años, la globalización del mundo empresarial generó que muchas compañías decidieran trasladar a sus ejecutivos de forma temporal o permanente hacia otros países en los que la empresa también tiene actividad.
Generalmente, la expatriación se presenta como una oportunidad de desarrollo profesional con la suma de amplios beneficios económicos y buenas condiciones en general.
Pese a los privilegios que una situación de este tipo presenta, hay una serie de recaudos y consejos que deben tenerse en cuenta para que la estadía sea lo más llevadera posible. Sobre todo, si el traslado se realiza junto a la familia, quienes muchas veces son los que presentan problemas de adaptabilidad que ponen en peligro el éxito del traslado.
Lo ideal, antes de plantear un proyecto fuera del país es tener en cuenta las siguientes sugerencias:
* Investigar el país de destino: Tener en cuenta las diferencias culturales, sociales y económicas que existen entre los países. ¿Cuáles son las costumbres y el lenguaje de este país? ¿Dónde están las escuelas, los lugares de esparcimiento? Para obtener esta información, podemos investigar en Internet, visitar la embajada local del país y, lo más importante, hablar con otras personas que hayan vivido allí. Saber todo lo posible sobre la nueva cultura, ayuda a entender la forma de vida en el lugar de destino. Un ejemplo:
en Estados Unidos o en Francia no se acostumbra a tener servicio doméstico con cama. Para alguien que está habituado a este tipo de asistencia, probablemente le sea difícil adaptarse y hasta un motivo de conflicto familiar.
* No idealizar, evaluar pros y contras: Poner todo en la balanza, los aspectos positivos y los negativos. Habitualmente, la expatriación trae amplios beneficios económicos y el profesional sólo toma esa parte del proyecto para aceptar. Hay que ser consciente de todo el combo. Se pierde el contacto diario con los amigos, con la familia, se dejan actividades placenteras como ir a ver al equipo de fútbol preferido, los cumpleaños, los nacimientos. Para esto, buscar todas las opiniones posibles. Hay gente que ama San Pablo y otra que no volvería nunca más. Bueno, averiguar qué aspectos positivos y qué negativos rescata cada uno. Recabar la mayor cantidad de opiniones y experiencias posibles.
* Integrar en el proyecto a la familia: Esta es una de las pautas principales. Una vez en el nuevo destino, el ejecutivo tiene un gran espacio de su tiempo totalmente planificado. Es decir, los aspectos exclusivamente vinculados al trabajo están resueltos. Lo más difícil suele ser la adaptación de la familia, fundamentalmente del cónyuge – en la mayoría de los casos, mujeres- que deja su actividad.
Por eso, es importante buscar, previamente, espacios que permitan la inserción en la nueva cultura o el encuentro con gente de la misma nacionalidad. Esto es importante, sobre todo, en aquellos lugares donde la mujer ocupa un lugar diferente en la sociedad como en los países del medio oriente.
Para lograrlo, hay que averiguar qué entidades de recreación existen, qué actividades culturales se pueden llevar a cabo, si hay posibilidades de trabajo o estudio para el cónyuge. Por ejemplo, si es una profesional independiente puede aprovechar el tiempo en el exterior para hacer una maestría.
* Planificar no solo los aspectos físicos: no sólo hay que decidir dónde vivir o a qué colegio irán los chicos, sino también pensar cosas intangibles como lugares que me van a hacer sentir bien, donde voy a poder sentirme gratificado, espacios de ocio, de contacto con otra gente, dónde voy a poder compartir mis afinidades, etc.
Por último, hay que tener en cuenta que más allá de los recaudos que se puedan tomar, cada uno reacciona de manera muy diferente a una misma situación. Por eso, lo más importante es dejar de imaginar e investigar. Hoy, con Internet, tenemos infinidad de posibilidades para llenarnos de información sobre el país al que se va a llegar.
Hay que saber aprovecharlas.