Si coordinas un equipo de trabajo (o perteneces a alguno) sabrás la importancia de conseguir los mejores resultados en el menor tiempo posible. Es decir, el valor de la eficiencia. Para ello es indispensable que el responsable de dicho equipo tome una posición adecuada a la hora de dirigirlo. ¿Quieres que tu equipo logre todo lo que se proponga? Aquí van unos sencillísimos consejos…
1. Trata a las personas con cercanía y respeto, vamos, simplemente como a ti te gustaría que te tratasen. A muchos responsables se les sube “el puesto a la cabeza”, así que evita esto a toda costa.
2. No infravalores los esfuerzos del equipo aunque las cosas no siempre salgan como esperabas. Reconoce el intento y anímalos a seguir adelante y a superarse de cara al próximo proyecto.
3. Ten siempre los oídos bien abiertos a nuevas propuestas, no te cierres a una sola idea o restarás potencial a lo que está por venir.
4. Sé exigente sin ser dictatorial.
5. Haz que la comunicación sea constante y fluida para que todo salga conforme a lo previsto. Sin comunicación no hay equipo, ni proyecto, ni resultados, ni nada.
6. Identifica los errores a tiempo y subsánalos. Lo peor que puedes hacer es pasar por alto las meteduras de pata… volverán a suceder.
7. Fomenta la cohesión entre los miembros con actividades, reuniones más distendidas, quedando a tomar algo al salir…
8. Haz de tu equipo algo así como una pequeña familia. Es importantísimo el sentimiento de pertenencia a un grupo para ser productivo.
9. No te conformes nunca, busca siempre la mejor forma de hacer las cosas.
10. Aprende (y haz que tu equipo aprenda) que la competencia es buena y necesaria.