La recesión mundial ha terminado y ha dado paso a la recuperación ¿Será firme o débil? ¿Qué podemos prever para este año de transición? ¿Volveremos a caer en la recesión? ¿Se recuperarán las economías?
A grandes rasgos, podemos imaginar tres posibles escenarios:
Recuperación en W (30% de probabilidad)
En este escenario, el préstamo bancario seguirá relativamente cerrado para muchas empresas y familias, y la economía mundial volverá a entrar en recesión. Así, tendremos una recuperación con forma de W.
Tras la recuperación inicial, el consumo y la inversión privada no consiguen sustituir al gasto público como motor de la economía.
Las familias, altamente endeudadas, retrasan sus decisiones de consumo y son cautelosas tras sufrir un fuerte golpe sobre su patrimonio durante 2008 y 2009. Al mismo tiempo, el desempleo elevado hace que la gente prefiera ahorrar por precaución.
En este escenario, las pequeñas empresas, que emplean a la mitad de la fuerza laboral en Europa y en los Estados Unidos, siguen enfrentando dificultades para acceder al crédito.
Así, ingresamos en un período de “stop and go”, donde cada vez es menor el margen de maniobra de la política económica.
La economía mundial intentará continuar en vano con el mismo patrón de crecimiento de las últimas décadas (mucho crédito y desequilibrios en las balanzas por cuenta corriente).
La volatilidad del ciclo económico se traducirá, en los mercados financieros, en fuertes alzas y bajas del precio de los activos. No se registran tendencias claras.
Recuperación en L (20% de probabilidad)
Las economías aunque repuntaron con fuerza a finales de 2009, tendrán un desempeño muy flojo en 2010 y los años siguientes. Y esto genera un escenario con forma de L. Tras un intento de recuperación, se produce el colapso.
La política monetaria se vuelve inefectiva (como en Japón durante 20 años) y la política fiscal sólo consigue elevar el déficit y el ratio de deuda pública sobre el PBI.
El desempleo y la falta de crédito se agravan considerablemente y pueden desencadenar desórdenes sociales. El intervencionismo y el proteccionismo entran en escena.
El deterioro de las expectativas interrumpe los flujos de crédito. Muchas entidades financieras son intervenidas por el sector público. En los mercados financieros se produce una clara tendencia descendente en el precio de los activos, con la excepción del oro.
En este escenario, la economía global entra en un largo proceso de estancamiento y redefinición del modelo.
Recuperación en V (50% de probabilidad)
Tras dos años de crisis, la situación se empieza a normalizar. El consumo y la inversión privada comienzan a sustituir poco a poco al gasto público y retomando tasas de crecimiento sostenido.
Progresivamente, las tasas de interés se incrementan y el exceso de liquidez no genera una inflación preocupante.
La mejora de los niveles de actividad incrementa los ingresos tributarios que se dirigirán, a mediano plazo, a la consecución de menores déficits fiscales y el mantenimiento (o incluso descenso) de los niveles de deuda pública sobre el PBI.
Por otra parte, el saneamiento del sector financiero hace fluir el crédito de manera más prudente y las medidas adoptadas para fortalecer la regulación y la supervisión serán razonables.
En este escenario, China puede asumir un papel de liderazgo mundial, fomentando sus importaciones a través de una revaluación del yuan, lo que se traduce en una economía global más equilibrada y saludable.
En este contexto, los títulos de renta variable (especialmente de mercados emergentes), las materias primas y el petróleo alcanzan nuevos máximos. La renta fija, por su parte, sufre por el alza de las tasas de interés. El dólar pierde el estatus de principal moneda de reserva.
Tras salir de la crisis, América Latina se convierte en una de las regiones que lideran la recuperación económica mundial.
La recuperación es encabezada por naciones sudamericanas con economías más diversificadas en términos de comercio internacional y que ejecutaron medidas más agresivas para estimular sus mercados.
Uno de los factores que explican la rápida recuperación de América Latina es la mayor solidez de los fundamentos macroeconómicos de la zona con respecto a las crisis del pasado, en particular la corrección de los desequilibrios fiscales y exteriores.
Los países que encabezarán los aumentos del PBI en 2010 serán los que han registrado las contracciones más ligeras en 2009, que son a su vez los que cuentan con mercados internos más sólidos: Brasil, Perú, Chile y Colombia.