Si hay un tipo de gente de la que deberías mantenerte lo más lejos posible, especialmente a nivel profesional, es la gente negativa. Este tipo de personas acaban con tu energía, te minan la moral y hacen que termines cuestionándote esos objetivos que tanto te costó tener claros. Pero mantenerse al margen no es sencillo.
Si se trata de amigos, puede costarte más o menos alejarte, pero al fin y al cabo tú eres quien elige de quién rodearse, lo complicado es alejarse en el trabajo. A menos que seas tú quien contrata, lo más probable es que siempre tengas al negativo de turno en la oficina. Por esta razón, te damos tres sencillas claves que te ayudarán a lidiar con estas personas en tu día a día.
Trata de desviar la conversación
Si alguien negativo comienza a soltar toda su retahíla dramática, trata de reconducir la situación y cambiar de tema sin entrar en valoraciones sobre lo que él comenta. Eso sí, sé disimulado, a nadie le gusta que le corten. Intenta volver a una conversación normal y con menor carga negativa. Si tienes que hablar del tiempo que hace, hazlo, todo sea por conservar tu integridad psicológica a salvo.
Deja de ser compasivo
Todo el mundo necesita desahogarse, pero no tienes la obligación de ser siempre el que escuche. Si sufres todos los días las quejas y lamentos de la misma persona, es posible que te acabes siendo igual. Trata de ponerle remedio cuanto antes a esos ataques de negatividad que aguantas continuamente, que no te dé pena. Piensa que la misma pena que te da la persona negativa en cuestión es la que le darás tú a otra persona cuando te vuelvas exactamente igual.
No gastes energía en defender una postura positiva
Alguien negativo puede ser un desastre trabajando, pero con su negatividad será la persona más perseverante del mundo. No trates de convencerle de que no todo es tan malo como él piensa, perderás el tiempo. Para las personas negativas, nadie como ellos sabe lo malo que es algo. Asiente y desconecta, cambia de tema o directamente ¡huye!