El Centro de Diseño de Peugeot parece tener con una bola de cristal. Desde 1936, los distintos prototipos y concept cars desarrollados por los estilistas e ingenieros de la marca se han caracterizado no sólo por una estética atrevida y futurista sino también por anticiparse a tendencias y avances técnicos que han terminado por hacerse realidad varios lustros después.
Si en los años 30 Peugeot se atrevía, con el prototipo 4nX a soñar con el “Auto del Año” de 1940 haciendo hincapié en campos de estudio novedosos para la época como la optimización de la aerodinámica para reducir el consumo y asegurar altas prestaciones, la marca ha seguido apostando por anticiparse al futuro en sus concepts como demuestra el Quasar que ya, en 1984, planteaba un cuadro de instrumentos digital con un navegador vía satélite, varios años antes de la apertura del sistema GPS a usos civiles.
En los últimos años, los concept car de la marca se han convertido en un barómetro fiable para anticipar qué derroteros estéticos y tecnológicos van a ir tomando los Peugeot de serie. Bajo el lema #UnboringTheFuture, los últimos prototipos del León apuestan por una estética audaz y dinámica en vehículos donde innovaciones como la cadena de tracción híbrida enchufable o la conducción autónoma se ponen al servicio del placer del automóvil.
Lejos de ser un mero ejercicio de estilo, los concept car de Peugeot siempre han tenido la vocación de anticipar líneas de diseño y tecnologías para terminar incorporándose a la gama de modelos. Una filosofía que está sólidamente arraigada en la historia de la marca. Ya en 1936 Peugeot inició los estudios para desarrollar un futuro modelo de alta gama dispuesto a tomar los caminos en los años 40. De estos trabajos surgió uno de los vehículos más sorprendentes en la historia de la Marca: el Peugeot 402 n4x.
Con elementos tomados del mundo de la aeronáutica, este automóvil, desarrollado por el ingeniero Jean Andreau, se anticipó varias décadas a una de las tendencias vigentes en el mundo del diseño: optimizar la aerodinámica para lograr reducir el consumo y ofrecer mayores prestaciones. De hecho, fue uno de los primeros vehículos en someterse a pruebas en el túnel de viento. Pensado como un laboratorio con ruedas, también sirvió para comprobar las posibilidades de nuevos sistemas que acabarían incorporándose a los modelos de serie, como los frenos hidráulicos. Desgraciadamente, la Segunda Guerra Mundial truncó los planes para comercializar un modelo derivado de este prototipo, que habría supuesto todo un salto cualitativo en la historia del automóvil.
Hace 36 años, la marca presentó el que se considera el primer concept car de su historia: el Peugeot Quasar, equipado con dos equipamientos que, en 1984, se consideraron de ciencia-ficción y que hoy nos parecen imprescindibles en nuestros vehículos: el panel de instrumentos digital y el navegador. En aquella época, la electrónica en el automóvil daba sus primeros pasos, la conectividad era un concepto totalmente desconocido y faltaba más de una década para que el sistema GPS se abriera a usos civiles. Bajo el capó, el Quasar anticipaba el downsizing: su motor de 1.6 litros y 4 cilindros era capaz de desarrollar 600 CV de potencia.
En la siguiente edición del Salón de París, celebrada en 1986, Peugeot volvía a la carga con un nuevo concept car: el Peugeot Proxima. Arropado por una estética futurista, su interior presentaba un cuadro de instrumentos con nada menos que 5 pantallas de vídeo de alta resolución, con una pantalla central manejada desde un teclado táctil. Este antecesor del Peugeot i-Cockpit® estaba gestionado desde dos computadoras centrales con 40 Mb de memoria y sus características se anticiparon varias décadas al equipamiento actual de los vehículos de la Marca: la información esencial estaba agrupada frente al conductor, que podía acceder rápidamente a datos sobre velocidad, régimen del motor o dirección. Además, las alertas y los avisos aparecían en el parabrisas. Fue un precursor de las funciones de ayuda a la conducción más punteras, como la cámara de marcha atrás o la alerta de riesgo de colisión.
En 1988, el Peugeot Oxia impresionó por sus prestaciones de superdeportivo, capaz de alcanzar los 350 Km/h, y por sus posibilidades de comunicarse con el exterior, ya que equipaba un radio-teléfono. En el apartado informático, una computadora de abordo y varios periféricos compatibles con un PC permitían controlar funciones como el aire acondicionado y administrar una base de datos con información sobre trayectos para el navegador.
En 2014 se cumplían 30 años de la presentación del Quasar en el “Mondial” de París. Coincidiendo con esta efeméride, Peugeot presentó ese año dos concept-cars llamados a anticipar las grandes líneas de su gama de turismos hasta el final de la década. Reflejo de la importancia estratégica del mercado chino, el Salón de Pekín fue testigo de la presentación mundial del Peugeot Exalt que, además de mostrar la senda por la que transitaría el actual Peugeot 3008, incorporaba elementos que se han convertido en imprescindibles en los nuevos habitáculos de la Marca, como las teclas Toggle Switches o una nueva generación del Peugeot i-Cockpit®.
Por su parte, el Peugeot Quartz supuso el banderazo de salida a la gran revolución SUV protagonizada por la Marca en los últimos años. Además de su estilo en el que se adivinan rasgos de los actuales 3008 y 5008, recurría el basalto en la consola central y apostaba por una cadena de tracción híbrida enchufable de 500 CV, con una autonomía en modo eléctrico de 50 Km. El Peugeot i-Cockpit® incorpora en este concept una pantalla head-up display configurable y de gran formato.
Precisamente, el innovador puesto de conducción de la marca y las posibilidades planteadas por la electrificación en el automóvil han sido elementos clave en gran parte de los últimos concept desarrollados por el Centro de Diseño Peugeot. Así, el Peugeot Fractal, en 2015, recurría al sonido y al Peugeot i-Cockpit® para lograr una conducción más intuitiva.
En el apartado de la electrificación, los últimos concept de la marca inciden en las prestaciones, demostrando que vehículo ecológico no tiene por qué ser sinónimo de automóvil aburrido. Por ejemplo, tomando la base del Peugeot 308, el prototipo Peugeot R Hybrid, diseñado por Peugeot Sport, saca el máximo partido de la tecnología híbrida enchufable que está siendo desarrollada por Groupe PSA, consiguiendo 500 CV de potencia y ofreciendo 3 modos de conducción: ZEV, Hybrid e Hybrid Sport. Una senda por la que continuarían el Peugeot L500 R Hybrid y, sobre todo, el Peugeot L750 R Hybrid Vision Gran Turismo, que sube la apuesta hasta unos estratosféricos 750 CV.
Futurista y retro a la vez, el Peugeot e-Legend Concept, presentado en la pasada edición del Salón de París, homenajea al mítico Peugeot 504 Coupé sin caer en la nostalgia. Este prototipo expresa la voluntad de la Marca por asegurar el placer del automóvil en una época crucial en la que se va a redefinir la movilidad. El e-Legend asume los hitos tecnológicos marcados por el Peugeot Instinct Concept, protagonista del Mobile World Congress Barcelona 2017 por su integración del Internet de las cosas, la conducción autónoma y la conectividad más avanzada en un impresionante shooting brake.
El e-Legend Concept no sólo ofrece conducción autónoma y manual, sino que dispone de dos modos para cada una de ellas. Así, si el conductor decide dejarse llevar, puede elegir entre el modo Soft, que da prioridad al confort, y el modo Sharp, con una configuración más dinámica. Además, en una innovación que podría dar pistas sobre el futuro del Peugeot i-Cockpit®, el volante puede ocultarse bajo la plancha de abordo, dejando espacio para una espectacular pantalla de 49”. Además, cuenta con un asistente personal totalmente adaptado a la conducción autónoma.
En lo que se refiere a prestaciones, el Peugeot e-Legend Concept no se queda atrás, pese a apostar por una cadena de tracción totalmente eléctrica frente a los últimos concept de la Marca, que se mueven gracias a la tecnología híbrida enchufable. Sus baterías de iones de litio son capaces de desarrollar una potencia de 340 Kw (456 CV), que le permiten pasar de 0 a 100 Km/h en sólo 4 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 220 Km/h y una autonomía de 600 Km.