El retailment es una palabra que surge de unir las palabras retail (comercio minorista) y entertainment (entretenimiento) por lo tanto, este término hace referencia a añadir el entretenimiento a la venta del comercio minorista.
Y es que las marcas tienen que empezar a vender experiencias además de productos y servicios, ya que los consumidores así lo solicitan. Con en retailment o fun shopping en puntos de venta se busca ofrecer al consumidor un momento de ocio aumentando el placer derivado de la compra.
Además, ofrecer experiencias a los consumidores humaniza a la marca y crea valor añadido para el cliente. Promoviendo de esta manera la imagen y los valores de la marca se podrán aumentar la compra media del consumidor y se le retiene durante más tiempo en tienda. Un buen ejemplo es Burberry, que gracias a la tecnología permite que sus clientes vivan una experiencia de compra novedosa y completa, ofreciéndoles entretenimiento e información sobre la marca y sus productos de una manera nunca antes vista.
Imagínense, por ejemplo, una tienda en el que el escaparate sea una pantalla interactiva que vaya cambiando según llueva o haga sol, que te permita hacer pedidos si la tienda está cerrada, que te haga recomendaciones basadas en tus gustos.
Además, hay que tener en cuenta algo muy importante. Y es que los comercios tradicionales gozan de una ventaja con respecto a los digitales. Tienen algo que los online no tienen: una tienda física, una tienda por la que pasear, disfrutar, probar, oler, tocar, etc. Por ello, hay que convertir la experiencia de ir a comprar en algo apasionante, excitante, divertido, emocionante. Hay que lograr que, para el cliente, ir a una tienda sea ocio, algo divertido como ir al cine o a cenar. Una experiencia que no podría conseguir vía online.