A la hora de establecer una relación a largo plazo con los consumidores, las marcas buscan la manera de ofrecer una buena experiencia que lleve al engagement y la fidelización del target.
Y para lograrlo, la consistencia es uno de los elementos que las marcas deben tener si quieren proyectarse hacia el futuro.
Así lo confirman los resultados de un estudio elaborado por Software Advice que analiza la opinión de más de 200 consumidores sobre qué es lo que determina su experiencia con las marcas.
De esta manera, al ser preguntados sobre el elemento que más incrementa su fidelidad hacia la marca, el 41% optó por la consistencia, mientras que el 15% escogió la autenticidad, el 6% la relevancia y el 2% la transparencia.
Pero, ¿por qué es la consistencia de marca tan importante para los consumidores? Anna Cotton, head of marketing de Brandworkz, responde a esta cuestión en un artículo en The Drum en el que aporta tres razones principales.
Por un lado asegura que la consistencia es personal. Los consumidores apuestan por las marcas con las que comparten valores y se implican en sus mensajes y distinguen entre el entendimiento que tienen de una marca y la manera en la que les hace sentir, prevaleciendo esta última.
Las marcas consistentes son aquellas que nos aseguran que la próxima experiencia será tan satisfactoria como la anterior, aquellas de cuya relación se desprenden unas expectativas que deben cumplirse o, de lo contrario, el consumidor se sentirá decepcionado como si de una relación de amistad se tratase.
Esa consistencia, además, es sinónimo de poder en un nivel profundo, el emocional y por lo tanto, la capacidad de influencia a nivel global, social y de mercado es enorme.
Aunque esto, indudablemente, puede afectar de manera negativa a la marca cuando las cosas van mal, también puede ayudarle a generar esa consistencia de marca llevándola a un nivel en el que se convierta en una garantía de permanencia de la marca incluso aunque se produzcan cambios dentro de las organizaciones.
Pero también son muchas las compañías que apuestan por crear esa consistencia ofreciendo a sus empleados pautas para convertirlos en embajadores de la marca. Y es que la consistencia debe comenzar desde dentro de la propia empresa, haciendo de ella un objetivo común.
Solo cuando existe una infraestructura que permite la sintonía entre los equipos, se podrán tomar decisiones comunes y coherentes en cuanto a la estrategia de marca.