Conocí hace unos años, a un reconocido ilusionista italiano, coleccionista de libros antiguos de la especialidad, que estaba tras un ejemplar de 1593. Pasó mucho tiempo buscándolo.Finalmente encontró una persona que lo tenía y estaba dispuesto a venderlo. El problema era que lo ofrecía con toda su biblioteca. Es decir, para comprar ese libro (un libro), este amigo coleccionista debía comprar la biblioteca entera.