Desde hace algunos años se dice que la época de tasas bajas en el mundo está próxima a su fin. Sin embargo, está pasando lo opuesto: las tasas continúan bajando. Esta parece ser una buena noticia para América Latina, y en especial para Argentina. ¿Lo es? ¿Por qué?
Tasas bajas significa la posibilidad de acceder a créditos inusualmente baratos. Si esos créditos se utilizan de un modo inteligente y apostando al crecimiento, esta posibilidad resulta ser buena. Lamentablemente, los políticos de América Latina tienen en la amplia mayoría de los casos una visión de muy corto plazo. En cualquier caso, créditos baratos significan la posibilidad de refinanciar deudas pasadas a una tasa más baja. Y esto siempre es positivo. Ahora bien, ¿por qué las tasas siguen bajando en el mundo? ¿Qué implicancias tiene esto para un país como Argentina? Veamos.
Las tasas están bajando en el mundo
La respuesta corta es que las tasas están cayendo porque la economía mundial está en problemas y hay expectativas de deflación.
La deflación que está afectando al mundo en este momento tiene su raíz en una caída general de la demanda: consumidores, afectados por un escenario futuro negativo, consumen menos, ven que los precios caen y posponen consumo para comprar a menor precio más adelante. Estos efectos hacen que los productores reduzcan los precios de sus productos y de esta manera la espiral recesiva entra en vigor: menos precios para los productores implica menos rentabilidad, caída de actividad y caída de empleo.
¿Cómo podemos medir las expectativas de inflación? Se hace calculando la diferencia entre el rendimiento de los bonos que están protegidos por inflación y aquellos que no. Si ambos bonos rinden igual, esto es indicación que se espera una inflación de 0%. El siguiente gráfico muestra la expectativa de inflación en los Estados Unidos y marca con claridad que las expectativas inflacionarias están cayendo de manera dramática:
El miércoles pasado la Reserva Federal decidió mantener la tasa de referencia en torno al 0% porque tiene muy presente estas expectativas deflacionarias. Sumado a esto, e l viernes se supo que la economía estadounidense está creciendo a un 2,6% anual en lugar de al 3,2% que se creía: más luces de alarma. Pero además de esto, hay una preocupación manifiesta por parte de la Reserva Federal de que una desaceleración en la economía mundial impactará también en el crecimiento estadounidense.
En Europa los problemas son más agudos: muchos bonos de Suiza, Alemania, Francia, Holanda y Bélgica tienen tasas de rendimiento negativas.
¿Puede Argentina beneficiarse de tasas más bajas mundiales?
Para esto tendría que reingresar al mercado mundial de capitales. Hasta el momento, no hay nada que indique que eso suceda en 2015. Pero hay motivos para pensar que si Argentina reingresara al mercado internacional en 2016, “no será tarde” para conseguir financiación a tasas históricamente bajas.
Conclusión: si bien la primera lectura es pensar que tasas bajas darían la posibilidad de financiamiento barato, en realidad están reflejando una debilidad importante de la economía mundial. No podemos ver un lado de la moneda sin explicitar que el reverso no supone buenos augurios.