Como consecuencia de la alta inflación, muchos consumidores se volcaron a hacer sus compras en las cadenas de supermercados mayoristas. Una de cada tres familias optó por este formado en 2014, cuando en 2012, lo hacia 1 de cada 4. “La razón es el diferencial de precios, del 15 al 20%” explicó el analista de la consultora CCR, José Ignacio Amodei.
“El consumidor final, que está buscando mejores precios, está comprando más en nuestros locales, especialmente alimentos secos”, ratificó Alberto Guida, titular de la Cámara de Distribuidores Mayoristas (CADAM).