En un artículo anterior, presentábamos las siete etapas que suele atravesar una compañía desde su creación hasta su desarrollo total.
Así, observábamos que cada fase presenta desafíos específicos que la empresa debe superar para avanzar en su senda de crecimiento.
Las “crisis de crecimiento” ocurren cuando una empresa crece a un ritmo no deseado y en forma poco apropiada y traen aparejadas otros tipos de crisis: inadecuada planificación estratégica, deficiente gestión, problemas en los recursos humanos, en el control interno, la rentabilidad y la tecnología.
1) Crisis de crecimiento por inadecuada planificación estratégica
Una inadecuada planificación reduce la capacidad de la organización a la hora de alcanzar sus objetivos estratégicos.
Normalmente, asociamos una mala planificación con errores en actividades cotidianas como retrasos en la entrega de productos o fallas en la segregación de funciones y asignación de responsabilidades a cada empleado.
Sin embargo, en general, las fallas de planificación son resultado de una gestión inadecuada de los riesgos de un proyecto o emprendimiento.
En muchos casos, los planes son demasiado modestos para no disparar alertas o para evitar comprometerse con objetivos ambiciosos. En estos casos, se habrá dado el primer paso en falso porque la planificación de recursos será insuficiente.
Por el contrario, una presupuestación excesiva comprometerá recursos en forma innecesaria.
Por lo tanto, una adecuada planificación del crecimiento debe ser integral y considerar los múltiples aspectos del negocio (financiero, recursos humanos, sistemas, etc.).
Realizar talleres participativos entre accionistas y directivos es una buena forma de evitar problemas de planificación.
2) Crisis de crecimiento por deficiente gestión
En general, una empresa comienza fabricando y/o comercializando determinado producto o brindando determinado servicio, para un perfil determinado de cliente.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, es habitual que se modifiquen las características del cliente. Y muchos empresarios no tienen una clara percepción de estas mutaciones.
Cuando una organización acelera su crecimiento, es normal que se comiencen a abordar clientes nuevos (y más grandes).
Es el momento de preguntarse: ¿Cómo llego a estos nuevos clientes? ¿Quiero conservar los anteriores? En caso afirmativo, ¿cómo voy a lograrlo?
El negocio no siempre permanece constante. Algunos empezaron produciendo bienes y terminaron prestando servicios. Otros comenzaron vendiendo soluciones y derivaron su negocio hacia la mano de obra.
Entonces, ante el crecimiento, es necesario plantearse algunos interrogantes fundamentales: ¿cuál era mi negocio y cuál es ahora? ¿Qué actividades que agregaban valor en el anterior modelo de negocio hoy no contribuyen al crecimiento?
En un próximo artículo en MATERIABIZ, analizaremos los otros tipos de riesgos del crecimiento y presentaremos algunas formas de evitarlos.