Millward Brown y TNS realizaron un estudio que combinó metodologías cuantitativas y cualitativas para conocer el legado de los juegos olímpicos para los brasileños.
De los encuestados, sólo el 9% asiste al evento en persona, mientras que el 79% sigue los Juegos Olímpicos por medio de la TV, (70%) la computadora (22%), el celular (15%) o las tabletas (5%), mientras que el 12% comentó no estar interesado.
Los brasileños tienen especial interés en estos deportes: fútbol, voleibol, natación, voleibol de playa, atletismo, básquet y judo. Sin embargo, cuando asisten presencialmente prefieren ir a ver el ciclismo y la lucha.
En cuanto a sus sentimientos en relación al evento 7 de cada 10 brasileños opinan que no es el mejor momento para que los Juegos Olímpicos se lleven a cabo en Río de Janeiro debido a que el país se expone al escrutinio del mundo; sin embargo, 5 de cada 10 está emocionado de tener a los atletas del mundo cerca.
El principal problema que le preocupa a los brasileños sobre el desempeño de Brasil en los Juegos Olímpicos es la violencia, con 8 de cada 10 preocupados por ese tema. 41% creen que otro problema es la contaminación del mar, la bahía y las lagunas, 38% cree que no hay la estructura necesaria para recibir a los turistas, 31% se preocupa por la falta de una policía adecuada, 30% por las epidemias transmitidas por los mosquitos, 28% por el tráfico drogas y 24% opina que las estructuras construidas para estos juegos son de baja calidad.
En contraste, cuando conversamos con los arquitectos de los juegos Olímpicos, ellos consideran que el mayor legado para la ciudad será la rehabilitación de las áreas y el fomento de un nuevo tipo de ocupación de estas, así como una transformación sobre la movilidad urbana. Sin embargo los cambios positivos se notarán en el mediano y largo plazo debido a la adaptación social y económica de los lugares de la ciudad que tienen que ser restaurados.
La idea inicial era que Río de Janeiro siguiera el ejemplo de la ciudad de Barcelona, en el que los Juegos Olímpicos marcaron una transformación, ya que las instalaciones fueron construidas en Mont Juic un área portuaria. Esto no fue posible en la ciudad de Río ya que es muy compleja y diferente por geografía o la manera en que se estableció, por lo que se hicieron planificaciones con características especiales.
Las entrevistas cualitativas mostraron que la población espera un retorno rápido, después de haber sido impactados durante meses por construcciones de obras que los dejaron más tiempo en el tráfico. El regreso de las iniciativas público-privadas se verá reflejado a largo plazo, como fue el caso de las ciudades de Londres y Pekín. En Londres por ejemplo, las instalaciones se convirtieron en parques abiertos para la población, donde hay escuelas de deporte, y obras de arte interactiva. También cuatro años después se está empezando a usar un estadio, un centro comercial y diferentes hoteles.
Por otra parte, cuando le preguntamos a los brasileños sobre lo que los Juegos Olímpicos le dejarán a la ciudad de Río y a Brasil en general: 6 de cada 10 (62%) considera que el principal legado es el aprovechamiento de las estructuras olímpicas, 46% la difusión de la cultura brasileña al mundo, 45% la ampliación de la capacidad del aeropuerto internacional Galeão, 32% la mejora operacional del aeropuerto Santos Dumont y 31% el aumento de la seguridad.
Cabe destacar que 3 de cada 10 consideran un legado los programas de educación y sustentabilidad, y desde el inicio de los Juegos Olímpicos, con la ceremonia de inauguración el cuidado del medio ambiente fue uno de los temas más relevantes.
Más de la mitad de la población, 6 de cada 10 consideran que fue una decisión equivocada ser la sede de los Juegos Olímpicos, sin embargo, al preguntarle a la población brasileña sobre si el legado de los juegos será positivo o negativo, 4 de cada 10 (44%) consideran que es positivo.