Para responder con seguridad, lo mejor es llegar al encuentro lo mejor informado posible. Los expertos aconsejan tener en claro una serie de puntos que demuestren aspiraciones realistas y capacidad para negociar. Lo que no hay que decir
Las preguntas que más suelen incomodar a los candidatos durante una entrevista de trabajo son las relativas al salario.
“¿Cuánto querés cobrar?”, “¿cuál era tu remuneración en tu último empleo?” son cuestiones con las que el reclutador quiere conocer si las expectativas del candidato coinciden con lo que la empresa oferta, pero que suelen poner al entrevistado en apuros.
Para afrontar la pregunta con seguridad, como siempre, lo mejor es llegar al encuentro lo mejor informado posible, según advierte un artículo publicado por El Economista de España.
Hay que recopilar toda la información posible sobre los salarios que se ofrecen en el mercado, el convenio en el sector, las retribuciones de la empresa (si es posible), posibles compensaciones que ofrece para compensar un salario más bajo, etc. En los portales de empleo y en las redes profesionales pueden encontrarse muchos de estos datos.
Así, hay que llegar al encuentro con las posibles cifras de remuneración claras, y sobre todo con los límites por abajo, acorde a la formación, la responsabilidad del puesto, el esfuerzo, las personas a cargo, etc.
Franja salarial
Una vez llegada la temida pregunta, “¿cuánto querés cobrar?”, teniendo en cuenta todo lo anterior, lo mejor es ofrecer una banda salarial, que desmuestre que se conoce el mercado, que se tienen aspiraciones realistas, y que denota flexibilidad. Hay que tener claro que al responder a esta pregunta existe el riesgo de pedir demasiado y quedar descartado para el puesto, o pedir poco y acabar cobrando menos de lo merecido.
La experta en desarrollo profesional Sabina Serrano recomienda contestar a la pregunta mirando directamente a los ojos del entrevistador, y dar el dato en bruto anual.
En ocasiones el objetivo del reclutador es ver simplemente cómo se desenvuelve el candidato ante una pregunta complicada, por lo que hay que tratar de mantener la tranquilidad en todo momento, y esperar su respuesta.
En caso de duda, desde portales especializados como EntrevistaDeTrabajo, recomiendan preguntar directamente en qué rangos salariales se mueve la empresa. Y también quitarle importancia, destacando que lo más importante no es la remuneración.
Negociación
En el caso de que durante la entrevista el salario que se ofrece es menor del esperado se puede tratar de negociar, incluyendo revisiones salariales pasados unos meses, bonus en función de objetivos, o complementos salariales como seguros médicos.
Además, hay que ser capaz de argumentar por qué se quiere cobrar más. Si, pese a todo, no se logra un acuerdo, es mejor dejar claro cuál es el límite que no se puede superar.
En cuanto al sueldo en anteriores puestos de trabajo, lo mejor es no hablar de ello, pero si surge la pregunta directa, lo mejor es ser sincero.