De acuerdo a nuevas cifras del reporte Mujeres Líderes de Grant Thornton, la llegada del Coronavirus y aislamiento global, parecen haber puesto un freno a los avances en materia de género: se había empezado a ver un progreso a nivel mundial, pasando de un 24% de puestos gerenciales ocupados por mujeres en 2018 a un 29% en 2019 y 2020. Si bien este año la cifra se repitió, dando a entender que el cambio en la cima fue mínimo, no se vio un retroceso. En Argentina se ve algo de progreso, con la proporción de mujeres en puestos gerenciales en 24%, 4 puntos porcentuales por encima del 2019.
“El COVID-19 puso al mundo laboral en un estado de transformación,” sostiene Sinead Donovan desde su cocina en Dublin, “y temo que todo lo que hemos trabajado para alcanzar se pierda. Asegurémonos que eso no suceda.” Sinead es la primer socia mujer de Grant Thornton Irlanda, vicepresidente del Instituto de Contadores Certificados de Irlanda, madre de dos y ahora, como resultado de la pandemia del coronavirus, docente a tiempo completo de sus hijas.
Como muchas otras firmas, Grant Thornton Irlanda está empezando a reabrir sus oficinas paulatinamente. Una encuesta realizada a sus empleados reveló que aquellos con más intenciones de volver a la oficina eran hombres en posiciones senior, mientras que las mujeres que mostraban ganas de volver eran las juniors. Quienes probablemente vuelvan más tarde son las mujeres con familia o responsabilidades de cuidado o, como Sinead las describe, “las líderes de hoy y mañana”.
“El retorno del presentismo, donde las personas sienten mayor presión de verse trabajando en la oficina y se las premia por estar ahí, es el mayor riesgo. Significaría un paso hacia atrás, hacia la forma antigua de hacer las cosas… una forma que no funciona igual de bien para las mujeres que para los hombres.”
En Argentina, el pantallazo de la situación actual nos llega de la mano del CONICET y de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), quienes realizaron una encuesta en conjunto para preguntar sobre los cuidados, usos del tiempo y trabajos desde que se inició la cuarentena.
Este estudio revela que más de la mitad de los encuestados (en un 70% mujeres trabajadoras de clase media y media alta), siente que durante la cuarentena cuida 24 horas por día, y se siente más cansado que antes de la cuarentena. Las actividades que más realizan son limpiar, cocinar y cuidar a niños y niñas.
“En Argentina llevamos ya varios meses atendiendo desde nuestra casa nuestras responsabilidades laborales a full, a las que hemos sumado todo tipo de tareas que habitualmente no realizamos”, comenta Julia Adano, Socia de Impuestos en Grant Thornton Argentina. “Nos convertimos en docentes de nuestros hijos, nos ocupamos de las tareas domésticas en las cuales en menor o mayor medida contábamos con ayuda que en estos días no tenemos. Nuestras casas son nuestro hogar, nuestra oficina, el colegio de los chicos, todo al mismo tiempo y con toda la familia en casa”, agrega.
En Latinoamérica, las mujeres dedican diariamente al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados el triple del tiempo que dedican los hombres a las mismas tareas, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En una entrevista en Canal 10 de Córdoba, Gabriela Bard Wigdor, Docente de Cs Sociales e Investigadora del Conicet, afirma que “esta desigualdad de género se agudiza en tiempos de aislamiento social obligatorio porque las mujeres no sólo estamos respondiendo ante estas demandas sino que también estamos efectuando el teletrabajo, es decir, cumpliendo con las demandas del mercado laboral que no cesan y no se adaptan a estos tiempos de cuarentena y de pandemia, porque los empleos siguen exigiendo que cumplimentemos las horas de trabajo y respondamos ante las exigencias múltiples que demanda la virtualidad.”
Se les preguntó también sobre su estado de ánimo, donde un 52% se siente más reflexiva, seguido de un 48% mentalmente cansadas y un 36,5% angustiadas.
En épocas de crisis, son las mujeres quienes quedan a la cabeza de las comunidades. En el caso actual de emergencia sanitaria, este liderazgo se puede claramente ver en el ámbito de la salud, donde representan el 72,8% de los trabajadores según la CEPAL. Esta desproporción las ubica en un foco de riesgo de infección mayor. Además, su trabajo no termina en el centro médico (con horarios excesivos y desborde anímico), ya que como todas llegan a casa y deben seguir dando apoyo a sus hijos o a personas dependientes, además de las tareas del hogar que suelen recaer sobre ellas.
En la última edición del reporte de Grant Thornton, se vio una importante disminución en la cantidad de empresas que realizan acciones para mejorar el balance de género, pasando de 64% a un 39%. Con el foco puesto en otro lado debido al virus, se teme otra gran disminución y que las mujeres queden en segundo plano.
Para Julia, sin embargo, parece haber luz al final del túnel: “ha sido una excelente oportunidad para demostrar que se puede ser eficiente y productivo sin pasar extensas jornadas laborales en la oficina. Hasta los más reticentes al trabajo remoto han descubierto sus ventajas, ¡y se dieron cuenta de que en estos días que se puede! Todo este esfuerzo habrá valido la pena para terminar de instalar esta cultura laboral donde aún quedaban dudas, y será una gran oportunidad para las mujeres que buscamos un balance entre la vida laboral y familiar, que nos permita desarrollarnos plenamente.”
Sinead da fin a su punto de vista sobre la situación con una poderosa conclusión: “esta experiencia nos demuestra que la productividad sobrevive trabajando desde casa. Que las reuniones se pueden hacer en forma virtual. Tenemos la oportunidad de aprender de esta experiencia y dar un salto hacia adelante. No permitamos que la situación nos tire para atrás.”