Los introyectos son ideas, normas o valores que creemos incuestionables, que asumimos como propias, y nos impiden el libre flujo de la satisfacción de nuestras necesidades. Condicionan nuestra felicidad y realización personal. Desafiarlos requiere un trabajo de mayor envergadura con nosotros y con nuestro entorno, con quienes disputaremos actitudes y pensamientos que hasta ahora estaban en transparencia.
Los introyectos limitan y acotan nuestros espacios de acción y pensamiento. Por un lado, pueden darnos la llave de la puerta para encontrar determinada solución y, por otro, nos ocultarán otras posibles puertas y llaves. Si el problema no está detrás de la puerta de la llave asignada, no nos servirá de mucha ayuda, con el agravante de la frustración.
La contrariedad comienza cuando sentimos la necesidad de actuar o pensar de una forma diferente
Decálogo para Desafiarlos
1. Si no nos sentimos identificados con ciertas elecciones, en algún momento tendremos que disponernos a frenar la repetición automática: identificándola, y explorando qué sucede si no la reiteramos.
2. Para poder ser nosotros mismos, debemos aprender a dudar, a cuestionar, indagar y atrevernos a comprobar las cosas por nuestros propios medios.
3. Cada persona recorrerá el camino identificando lo que va experimentando, viendo aquello del pasado que sigue pendiente de afrontar o resolver, haciéndose cargo de ello. Ese “proceso de digestión” nos permitirá hacer un juicio de valor para discernir lo que queremos y lo que no encaja con nuestra forma de ser.
4. Necesitamos elaborar una nueva versión de nosotros mismos. Esto requiere indagar y derribar, en lo más profundo de nosotros, todo lo que habíamos introyectado.
5. Los introyectos empiezan a perder peso cuando se ve impedido el libre flujo de satisfacción de nuestras necesidades. También cuando empezamos a sentir que podemos aplicar pinceladas propias en formas de pensar o hacer las cosas, que en el pasado habíamos aprendido de manera diferente. Es allí cuando las cuestionamos, dando paso a nuestro verdadero yo, a nuestra verdadera forma de estar pensando y actuando.
6. ¿Es esto lo que quiero para mí? Necesitaremos poner en práctica aquello que hayamos asimilado e introyectado. Luego de pruebas y errores, desarrollaremos nuestra propia manera de estar haciendo y pensando. De esta forma, podremos aplicar una impronta personal que nos haga sentir más auténticos, y desde allí desafiar lo que hayamos incorporado anteriormente, sin haberlo dudado ni objetado, por diferentes circunstancias.
7. Revisar y evaluar los resultados que nos generan emociones como vergüenza, violencia o reacciones que no se condicen con nuestro estar siendo, y que aparecen como indicio para desafiar los introyectos.
8. Distinguir que emociones y estados de ánimo pueden provenir de introyectos asimilados en el pasado, tal vez en la infancia, y de esta forma empezar a superarlos y elegir.
9. Cuestionar, para emprender un camino personal donde podremos desafiar lo que no nos identifica, cambiando lo que quizás habíamos adoptado para satisfacer a los demás.
10. Decidir para dejar de colocar nuestro poder afuera, para empezar a asumir nuestra responsabilidad y convertirnos en protagonistas de nuestras vidas, decidiendo y eligiendo lo que nos gusta.