A diferencia de hace algunos años, los videojuegos de hoy cuentan con un grado de detalle que a más de uno nos dejan con la boca abierta, pues ofrecen sonidos envolventes y escenarios tan detallados que pareciera que se está inmerso en un nuevo universo donde la aventura y la acción casi se pueden oler y sentir. Todo es gracias a la constante batalla entre los desarrolladores de juegos, quienes en el afán de hacer programas cada vez más perfectos terminan por ofrecernos todo un universo que ni en sueños hubiéramos podido imaginar.
En esto hay un aspecto a considerar. Resulta que a mayor detalle y mejor calidad del videojuego, mayor volumen de memoria ocupan. Como consecuencia, las consolas terminan por ser devoradas en menos de lo que uno se imagina, lo que supone problemas logísticos para quien gusta de juegos fluidos y sin ningún tipo de ralentización.
Ante esta realidad uno se podría preguntar: ¿A caso los desarrolladores de consolas previeron lo rápido que aumentaría el tamaño de sus archivos dentro del ciclo de vida útil de sus consolas? ¿Realmente no sospecharon la enorme demanda de almacenamiento que requerirían sus proyectos si lo que quieren es garantizar la velocidad de los tan detallados juegos en los que trabajaron? Porque si no es así, se podría pensar ¿de qué me sirve ver que mi enemigo tiene caries mientras me grita cuando descargar el peso de mi espada contra su cabeza me toma hasta 3 minutos por lo pesado del programa?
Un mudo abierto que ha dado pauta a una mayor demanda de almacenamiento
El 2023 ha sido el año para el lanzamiento de juegos de universo abierto como Starfield, de Bethesda; sin embargo, muchos se llevaron la sorpresa de que dicho juego pesa unos 75Gb, más del doble de lo que en su momento pesó Fallout 4, el cual apenas tenía 30 Gb durante su lanzamiento en 2015. Lo cierto es que en la cartelera de juegos hoy podemos ver cómo han comenzado a aparecer títulos cuyo peso supera por mucho a sus antecesores
La razón de este fenómeno es que dichos videojuegos cuentan con más contenido digital, con diálogos más extendidos, gráficos y texturas más detallados e incluso una mayor cantidad de elementos de interacción.
A grandes retos, grandes soluciones
Hoy muchos jugadores se encuentran con la cruel realidad de que la capacidad de su consola es rebasada por las nuevas versiones de sus juegos favoritos. Para muchos resulta desconcertante ver cómo en 2023 los nuevos títulos alcanzan a veces un tamaño superior a medio terabyte, que es muchísimo más de lo que un Xbox Series S básico puede procesar y lo mismos pasa con PlayStation 5 que tiene conflictos para acomodar otro juego AAA de esta magnitud en su almacenamiento interno, con 667 GB de los 825 GB de la unidad abiertos para archivos de juego. Incluso la PC está comenzando a tener apuros para alojar juegos de dicho tamaño, lo que muchas veces obliga a los jugadores a cargar y quitar juegos de sus consolas.
Por fortuna, existen opciones que ayudan a solventar este reto, como la línea de productos FURY de Kingston y que ha sido diseñada considerando las demandas técnicas del jugador contemporáneo. No solo se trata de mayor almacenamiento sino también de eficiencia y rapidez, y en ese sentido el SSD NVMe PCIe 4.0 M.2 Kingston FURY Renegade alcanza asombrosas velocidades de hasta 7.300 MB/s en lectura y 7.000 MB/s en escritura. Algo que los jugadores de PS5 y PC agradecen, ya que pueden ejecutar los juegos directamente desde el almacenamiento adicional.
Conscientes de que el manejo de grandes dimensiones de información a muy alta velocidad implica también el riesgo de sobrecalentamiento, Kingston ha procurado que sus productos cuenten con dispersor térmico de aluminio y grafeno, lo que le permite funcionar con elevada intensidad durante más tiempo con una mejor gestión del calor. Perfecto para sesiones prolongadas o de elevado uso, como en los juegos.
En el caso de los propietarios de Xbox, si bien no pueden ejecutar los juegos de la actual generación desde discos externos, lo cierto es que esto no implica que no puedan recurrir al almacenamiento adicional. La verdad es que los títulos de Xbox de generaciones anteriores pueden ser almacenados como soporte o guardarse si no se ejecutan asiduamente. Y en ese sentido los SSD externos son perfectos. El SSD externo XS2000 se caracteriza por el rendimiento de USB 3.2 Gen2x2, alcanzando impresionantes velocidades de lectura y escritura de 2.000 MB/s, y tiene una capacidad de almacenamiento sustancial, considerando su pequeño factor de forma, altamente portátil.
Finalmente, los jugadores de Switch tienen la ventaja de contar con una consola portátil híbrida que cuenta con una ranura de tarjeta SD. Esta opción permite que sus propietarios puedan interactuar con tarjetas SD de hasta 2 Tb, como tarjeta microSD Kingston Canvas Go! Plus, una excelente opción para de los usuarios de Switch con velocidades de lectura de 170 MB/s, y de escritura de 90 MB/s, compatibles con tarjetas de mayor capacidad, y capacidades desde 64 GB hasta 512 GB.
Lo cierto es que mientras los juegos sigan aumentando de tamaño, el sector siempre se adaptará a las demandas de hardware que se requieran y Kingston continuará ofreciendo soluciones para ayudar a los gamers a continuar disfrutando de sus juegos favoritos.
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