Los cambios forman parte de la vida laboral. Por eso resulta importante contar con un profesional externo que nos ayude a pensar con claridad para atravesarlos en forma efectiva y lograr alcanzar resultados positivos.
Si bien en la rutina laboral se presentan cambios en forma permanente, cuando éstos son inesperados y tienen una intensidad inusual (desvinculación, salida a la jubilación, ascensos, etc.), es importante contar con la asistencia de una mirada externa y objetiva que nos ayude a volver a nuestro centro para pensar con mayor claridad y tomar las mejores decisiones.
Hoy en día, el mercado ofrece propuestas para que quién deba atravesar una situación de este tipo cuente con las herramientas necesarias para garantizar el éxito sea o cual sea el escenario.
Así, los programas de Outplacement, Prejubilación y Coaching aparecen en primer plano como instrumentos que posibilitan analizar, comprender y aceptar la nueva situación, ofrecen información práctica para evaluar nuevas posibilidades y acciones a emprender; brindan capacitación y estrategias para enfrentar el escenario con mayor solvencia y, además, se presentan como un espacio neutral de contención donde expresarse en libertad.
Estas ventajas permiten capitalizar los cambios como una oportunidad de crecimiento personal y profesional. De este modo, el consultor se convierte en un socio facilitador de aprendizajes que asiste a las personas durante las transiciones laborales que deben encarar.
Si bien todos los programas se basan en este prototipo de relación (uno-a-uno), son distintas las técnicas que se utilizan en cada caso ya que sus objetivos también lo son.
La desvinculación laboral es uno de los momentos más delicados en la vida de un profesional. Además de la esperable presión personal, se suman la familiar, la social y la económica: el individuo debe resolver su situación lo antes posible y de la mejor manera, para dar respuestas a estas múltiples demandas.
La guía de un consultor de outplacement es esencial para poder, entre otras cosas, capacitarlo en técnicas de búsqueda y transmitirle información sobre el mercado de trabajo.
Cuando se trata de la preparación prejubilatoria, se lucha contra el prejuicio instalado en nuestra sociedad de que un individuo al jubilarse debe entrar necesariamente en un período de inactividad y pasividad. Pero en realidad, la mayoría de las veces las personas que enfrentan esta situación quieren permanecer activas.
El consultor
en este caso tiene como objetivo ayudar a la persona a montar un proyecto alternativo, que no sólo le permita desarrollar una actividad que lo gratifique, sino que lo ubique en un lugar valorado por sí mismo, por su entorno y por la sociedad. Se lo podrá asesorar entonces en las diferentes alternativas posibles: montar un emprendimiento, ejercer la docencia, trabajos de voluntariado, etc.
Los programas de coaching están destinados para aquellas personas que están atravesando procesos de transición dentro de su organización (asunción de mayores responsabilidades, cambios en el entorno, adaptación a otras culturas de empresa, etc.). El consultor trabaja también aquí desde un rol cercano pero objetivo y ayuda al individuo a entender y aceptar esos cambios, desarrollar otras capacidades y aprender nuevas conductas para adaptarse de una mejor manera a los distintos escenarios.
En síntesis, es fundamental que quienes transiten un proceso de cambio estén acompañadas profesionalmente para alcanzar resultados superiores, lograr tener una mirada enriquecida sobre su presente e, incluso, sobre su propio desarrollo personal.