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Disfrutar la sexualidad, aún con Diabetes

Según encuestas oficiales, existen dos millones y medio de personas que sufren diabetes en Argentina. Las alteraciones de la función sexual son algunos de los variados síntomas que pueden padecer los diabéticos.


Es muy frecuente que en la consulta con su endocrinólogo, la persona diabética converse con el especialista acerca de su nutrición, su peso, su hipertensión, sus infecciones urinarias y otras manifestaciones que pueda tener la enfermedad. En cambio, rara vez se anima a plantear su débil erección, la dificultad para llegar al clímax, los esfuerzos que tiene que hacer para lograr la excitación, la falta de deseo y el dolor en la penetración, entre otros problemas que aparecen tanto en pacientes mujeres como en varones.

La función sexual tiene un rol importante en la vida de las personas, en la contribución a la integridad de su sistema inmunológico, en la constitución de la autoestima y como factor importante de bienestar físico, mental y espiritual. Por ese motivo, tratar de recuperar y mantener una vida sexual armoniosa no es un tema menor para la persona diabética. Como en el caso de otras patologías, intentar “despegarse” del rótulo de diabético y construir una vida con elementos que remitan a la salud, mejora enormemente la evolución de la enfermedad, eleva la calidad de vida y contribuye a un estado de ánimo más feliz.

Como sucede con cualquier enfermedad crónica, los pacientes diabéticos que incluyen en su vida cotidiana el ejercicio, actividades recreativas para controlar el estrés, disfrutan una vida social y familiar satisfactoria y ejercitan su sexualidad activamente, experimentan un estado de ánimo más alegre y positivo que les permite sobrellevar mucho mejor el hecho de tener que apegarse a su régimen de comidas, a los medicamentos diarios, al control de la glucemia y a la disciplina diaria que el tratamiento de la diabetes requiere. De hecho, incorporando esas actividades se sienten “como las demás personas”.

Muchas veces consultar sobre las dudas o trastornos de la vida sexual resulta incómodo y da vergüenza. También es cierto, que no todos los profesionales de la salud tienen la posibilidad y el tiempo de mostrarse receptivos y contener profesional y humanamente al paciente que plantea una preocupación de orden sexual, la cual seguramente también involucra a la pareja del/la paciente.

He aquí algunas reflexiones que pueden servirle de sugerencias o ideas a los pacientes de diabetes que están sufriendo alguna alteración en su sexualidad o tienen dudas y no se animan a plantearlas en una consulta médica:

  • Su médico de cabecera espera que usted le consulte por su sexualidad; él/ella no quiere ponerlo a usted en una situación incómoda, así que TOME LA INICIATIVA y pregunte.
  • Pídale a su endocrinólogo/a que lo derive a un/a médico/a sexólogo/a, que es el especialista en Sexología Clínica, el cual podrá trabajar en equipo con su médico de cabecera de ser necesario, o busque un especialista usted mismo.
  • La mayoría de los tratamientos médicos sexológicos son muy breves, los problemas se tratan en pocas consultas individuales y si corresponde, también participa la pareja aunque muchas veces no es indispensable.
  • Los tratamientos médicos sexológicos también apuntan a mejorar la relación de la pareja, que puede estar desgastada o lesionada por la rutina o por problemas puntuales, si bien no estrictamente sexuales. Se busca una solución que incluya ambas situaciones.
  • Uno de los recursos más interesantes de la medicina sexual moderna es que le brindará estrategias y técnicas sexuales novedosas, sin importar sus actuales dificultades, a la vez que recibirá entrenamiento en métodos eficaces de comunicación. El objetivo de lograr una vida sexual plena y divertida lo puede lograr cualquier persona.
  • Hoy en día existe la posibilidad de realizar consultas y tratamientos online, desde la propia casa, a través del celular o de una computadora, al mismo costo y con igual duración que los tratamientos presenciales.