Los dolores lumbares crónicos son una de las primeras causas de consulta tanto en el consultorio médico como en las centrales de emergencias. Un 84% de los adultos van a presentar un episodio de lumbalgia a lo largo de sus vidas, sin embargo menos del 5% de estos pacientes van a tener patología sistémica de importancia. El costo total de las lumbalgias en Estados Unidos es superior a los 100 billones de dólares por año.
Se denomina lumbalgia al dolor de espalda, sus causas son múltiples pero el 95% se produce por patología de musculo, ligamentos y tendones. En general, se origina por el sedentarismo y la mala postura tanto laboral como de la vida cotidiana. Con el tiempo estos factores predisponentes generan un disbalance entre el abdomen y los músculos y ligamentos de la columna, lo que lleva a debilidad y dolor. Las lumbalgias pueden surgir a cualquier edad pero aparecen con más frecuencia luego de los 50 años.
Existe un mito tanto en la medicina como en los pacientes que si la persona presenta hernias de disco o protrusiones discales o artrosis lumbar esas siempre son las causas principales de los dolores lumbares, sin embargo, con el tiempo y con la especialización del conocimiento médico sobre los músculos, tendones y ligamentos, se demuestra día a día que solo un pequeño porcentaje de los pacientes con lumbalgia el dolor es debido a ello.
Además, ciertos dolores lumbares producen limitación absoluta del movimiento, ciática o lumbago, que se debe a la compresión de nervios superficiales que al estar inflamados generan dolor produciendo en el cuerpo la no movilidad para proteger dichos nervios.
Para abordar la lumbalgia, existen múltiples tratamientos que son efectivos como la terapia manual, la osteopatía, la reeducación postural global o los bloqueos radiculares, pero para que realmente sean efectivos dependen de un diagnóstico adecuado.
La terapia de proliferación celular da respuestas reales en un 80% de los casos a estas dolencias frecuentes –cuando el diagnóstico es correcto- y presenta como cualidades ser regenerativa y reconstructiva. La proloterapia utiliza sustancias naturales en su totalidad, siendo su función la estimulación del cuerpo y la regeneración y reparación del tejido afectado. Las áreas débiles son tratadas con una solución proliferante que estimula directamente el crecimiento, robustez y fuerza del tejido. El proceso de curación puede esperarse alrededor de las seis semanas una vez iniciado el tratamiento. Las aplicaciones se realizan en forma mensual y se estima que serán necesarias entre 2 y 6, según el tipo de dolencia que se trate y de la evolución del dolor
Otra técnica beneficiosa y con eficacia para las lumbalgias son las Inyecciones Subcutáneas Perineurales (PSI). Consta de un tratamiento para el dolor agudo y crónico donde se aplica dextrosa en la proximidad de los nervios superficiales. Consiste en infiltraciones con una aguja muy fina y pequeña por debajo de la piel.
Estas terapias dan cuenta que es posible tener una vida plena y sin dolor, son procedimientos que en manos expertas tienen mínimos riesgos y son altamente efectivas.